La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, confió ayer en que la economía del país supere la crisis en la que se encuentra inmerso antes de "final de este año" y aseguró que su gobierno trabajará para que así sea. "Vamos a hacer todo los esfuerzos a nuestro alcance para que, antes de final de año, los signos de recuperación ya empiecen aparecer", declaró ayer la mandataria en la apertura del 21º Salón Internacional de la Construcción, que se celebra en San Pablo. Rousseff, quien intenta eliminar de la opinión pública la palabra crisis, sostuvo que "el gobierno hará todo lo posible para asegurar la recuperación económica para fines de año" y esto será con medidas que incluyen el anuncio de una tercera fase de su programa de inversión y nuevas concesiones en infraestructura.
La mandataria reiteró que los fundamentos de la economía brasileña son "sólidos" y aseguró que los problemas que atraviesa el país son "estrictamente coyunturales". La economía brasileña se encuentra estancada con cuentas públicas con un importante déficit fiscal y un creciente desequilibrio en la balanza comercial, y la inflación escaló hasta el 7,7 por ciento, su mayor nivel en diez años. Para enfrentar estos problemas, el gobierno lanzó medidas de austeridad, que incluyen el control de gastos, el aumento de impuestos y el encarecimiento del crédito.
Estas medidas generaron descontento en una parte de la población, que el domingo pasado se manifestó con un cacerolazo simultáneo en ciudades como San Pablo, Rio de Janeiro, Brasilia y Porto Alegre, mientras la mandataria ofrecía un discurso en cadena nacional por el Día de la Mujer, preámbulo del anuncio sobre la sanción de la ley que tipifica el feminicidio como crimen con una pena de hasta 30 años de cárcel. No obstante, la mandataria volvió ayer a defender la necesidad de estas "correcciones", que, según dijo, fomentarán la recuperación, la creación de empleo y sentarán las bases para crear un modelo económico "más competitivo". La presidenta también negó que los ajustes vayan a afectar a los programas sociales y de infraestructura "más importantes" del gobierno y reiteró su compromiso para impulsar una nueva fase del programa estatal de construcción de viviendas populares, dedicado a los más pobres, llamado "Minha Casa, Minha Vida".
Según la prensa, Rousseff fue también blanco ayer de abucheos a su llegada al evento en San Pablo, por parte de un grupo de personas que trabajan en la feria dentro del Centro de Convenciones de Anhembí.
Convocatoria. Por lo pronto, el panorama no es alentador para el gobierno de Rousseff. Se espera que el próximo domingo miles de brasileños salgan a las calles de todo el país para pedir la renuncia de la mandataria, quien asumió su segundo mandato hace apenas dos meses. La masiva movilización fue convocada por las redes sociales y ya cuenta con el respaldo del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), al que pertenece el líder opositor Aécio Neves, principal competidor de Rousseff en los comicios del año pasado.
"El PT recibió sobornos por 200 millones de dólares"
Un ex gerente de la petrolera estatal Petrobras dijo ayer en una audiencia en el Parlamento que el partido gobernante de Brasil recibió hasta 200 millones de dólares como resultado de contratos con la empresa estatal, reiterando públicamente afirmaciones que había hecho antes ante la fiscalía. Pedro Barusco, ex ejecutivo del departamento de servicios de Petrobras, dijo que recibió pagos desde 1997 y montos mayores de dinero a partir de 2004. El tesorero del Partido de los Trabajadores (PT) Joo Vaccari, y Renato Duque, quien antes dirigió el departamento de servicios, también se beneficiaron, remarcó.
Barusco dijo a los parlamentarios que él nunca le dio dinero personalmente a Vaccari, pero estimó que el tesorero del partido de la presidenta Dilma Rousseff recibió entre 150 y 200 millones de dólares entre 2003 y 2014, basándose en los porcentajes de los contratos que él mismo recibía. "Una parte para mí, una parte para ellos", dijo Barusco, quien prometió devolver 97 millones de dólares a las arcas públicas como parte de un acuerdo al que accedió con los fiscales para evitar ser encarcelado.
Investigaciones del Congreso. Barusco habló mientras el escándalo de Petrobras crece, con decenas de legisladores implicados en las investigaciones. Los fiscales comenzaron a interrogar el 5 de febrero a Vaccari, quien no ha sido acusado de ningún delito. Su abogado dijo en ese momento que el PT solamente recibía donaciones legales y que cooperaría con los investigadores. Duque estuvo brevemente encarcelado el año pasado y no afronta acusaciones criminales.
Cuarenta personas, entre ellas otros dos ex ejecutivos de Petrobras, fueron acusadas en la sureña ciudad de Curitiba y 14 están encarceladas a la espera de una sentencia. Muchos son ejecutivos de las empresas de ingeniería más importantes del país, acusadas de formar una organización que canalizaba fondos de contratos de Petrobras, supuestamente para enriquecimiento propio y de políticos.
Barusco dijo que recuerda haber visto a este cartel activo por primera vez en un contrato para construir la refinería Abreu e Lima en el noreste de Brasil, el mayor proyecto individual de inversión en la historia de Petrobras, y en Comperj, una refinería en las afueras de Río de Janeiro.
Abogados defensores dijeron esta semana que esperan los primeros veredictos de los casos en Curitiba en alrededor de un mes, mientras el foco del caso pasa a los políticos que serán juzgados por la Corte Suprema.
Rousseff, quien era directora de la petrolera estatal cuando se produjeron buena parte de las estafas, negó repetidamente haber tenido conocimiento de los hechos de corrupción y pidió una investigación que llegue hasta las últimas consecuencias.
Crucial reunión con Lula
La mandataria tiene prevista una reunión con su antecesor y líder del PT, José Inacio Lula da Silva, para analizar el rumbo económico y político, conmocionado además por el revuelo que generó el fin de semana la difusión de los nombres de dirigentes políticos sobre los que el Tribunal Supremo Federal (TSF) comenzará a investigar por el caso de corrupción en Petrobras. En ese marco, un ex gerente de Petrobras involucró aún más al gobernante PT en las denuncias.