La popularidad de la presidenta brasileña Dilma Rousseff aumentó de 45 a 54 por ciento entre julio y septiembre, revela un estudio del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope). Rousseff se recuperó totalmente así de su abrupta caída de popularidad en junio-julio, cuando una ola de masivas protestas coincidió con la Copa Confederaciones. En junio, la aceptación de la presidenta cayó bruscamente a 30 por ciento. La recuperación es doblemente notable porque la economía brasileña está creciendo a un muy bajo ritmo. Sin embargo, el empleo está en niveles récord y la inflación es relativamente baja, de 5,8 por ciento anual según las últimas proyecciones.
Según la encuesta de Ibope, realizada por encargo de la Confederación Nacional de la Industria, además de la popularidad de Dilma, también aumentó de 45 a 52 por ciento el índice de confianza en la mandataria.
Antes de producirse el estallido social que arrastró a millones de personas a las calles a lo largo y ancho del país mientras se desarrollaba la Copa Confederaciones, los índices de aprobación de la presidenta rondaban el 50 por ciento, y llegaron a caer más de 20 puntos —con diferencias mínimas entre las distintas encuestadoras brasileñas— tras las movilizaciones en demanda de mejoras en los servicios públicos y contra la profusa corrupción gubernamental.
Con el índice de confianza alcanzado ahora, la presidenta se acerca de a poco al que obtuvo en marzo pasado, cuando llegó a 73 por ciento. El porcentaje de los que no confían en la gobernante cayó asimismo de 50 a 43 por ciento entre julio y septiembre.
Aplazo en salud y seguridad. Respecto a la evaluación positiva de su gobierno, el margen de los que consideran "buena" u "óptima" su administración aumentó seis puntos porcentuales en el mismo período, al pasar de 31 a 37 por ciento. En tanto, el índice de los que consideran la gestión de gobierno "mala" o "pésima" cayó de 31 a 22 por ciento. Respecto a las acciones de gobierno, las destinadas a combatir el hambre fueron aprobadas por el 51 por ciento mientras que las vinculadas a la salud, la seguridad y la economía fueron las más reprobadas. Las iniciativas de salud pública alcanzaron un índice de desaprobación de 77 por ciento, aun con el lanzamiento del programa "Más Médicos", destinado a suplir con profesionales extranjeros el déficit que existe en la atención en salud pública en los lugares más pobres y alejados del país. Las políticas de seguridad fueron asimismo desaprobadas por un elevado 74 por ciento, y las vinculadas a la economía fueron rechazadas por el 71 por ciento en lo referido a las altas tasas de interés, y por el 68 por ciento en lo referido al combate a la inflación. Brasil cuenta con una tasa de referencia (Selic) que está en 8,5 por ciento, y se espera que suba un punto para fin de año. En cuanto al ritmo de la economía, muy decaído, es de 2,2 por ciento según el boletín conocido como Focus del Banco Central brasileño. Prevé un crecimiento de 2,5 por ciento a 2,4 por ciento en 2014.
Elecciones.Asimismo, el estudio también cubre las futuras elecciones de 2014, en las que Rousseff buscará la reelección. Acá también se observa una marcada recuperación. Según cita el portal de O Estado do Sao Paulo, en marzo Dilma reinaba con un 58 por ciento de votos proyectados contra sólo 12 por ciento de la ecologista independiente Marina Silva y 9 por ciento del opositor Aecio Neves. En julio, en plena crisis, Dilma reunía 30 por ciento de potenciales votantes, contra 22 de Marina Silva y 13 de Neves. En septiembre, Dilma volvió a despegarse del resto: logró 38 por ciento contra 16 de Marina Silva y apenas 11 de Aecio Neves. En una hipotética segunda vuelta presidencial, Dilma ganaría a Marina Silva por 43 por ciento contra 26 por ciento de la ecologista. En julio, estaban casi empatadas en 35 por ciento a 34 por ciento. Para el estudio se entrevistó a 2.002 personas en 142 ciudades de todo el país entre los días 14 y 17 de este mes.