Diez santafesinos están en urgencia nacional esperando un trasplante para sobrevivir. Por su comprometido estado de salud, fueron incluidos en las listas de espera del Incucai en esa categoría. Además hay una niña rosarina que permanece en emergencia nacional (que implica una mayor gravedad que la urgencia) y que tiene altísima prioridad si aparece un órgano compatible.
Al cierre de esta edición había tres santafesinos inscriptos en urgencia pulmonar, seis en urgencia hepática y uno de córnea.
Pero no son los únicos. En urgencia pulmonar, por ejemplo, hay otras dos personas. Es frecuente que la máxima prioridad sea compartida por varios pacientes. De allí que sea incorrecto decir que alguien "está primero" en la lista de espera.
En emergencia cardíaca hay siete inscriptos a nivel nacional; uno de ellos es Valentina, la nena que estuvo internada meses en el Hospital Vilela, y cuyo caso tomó estado público (ver aparte). Para cada órgano, el Incucai confecciona una lista diferente. El estado de emergencia o urgencia se define en cada padrón de acuerdo a un score (puntuación) preestablecido y ampliamente conocido por los médicos que tratan a pacientes que necesitan un trasplante.
Son los profesionales del equipo que los atiende quienes deciden la inclusión en emergencia o urgencia. Deben registrarlo en el Sintra, que es el sistema digital que tiene el Incucai para tales fines. Ese estado queda firme una vez que dicho organismo avala la determinación a través de personal especializado propio. Liliana Bisignano, directora científico técnica del Incucai, explicó a La Capital: "Corroboramos la situación de cada paciente con una auditoría en el lugar de internación".
Para cada órgano está establecido un tiempo determinado en el que se puede permanecer en una categoría, si bien es un estado renovable. En hígado, la urgencia o emergencia se renueva cada siete días, en pulmón y corazón cada quince, en intestino cada treinta.
Las listas son dinámicas. La condición de cada paciente puede ir variando día a día porque mejora o empeora. "En las hepatitis fulminantes, por ejemplo, la persona suele ingresar en emergencia o urgencia apenas se enferma pero en la medida que se la va tratando puede mejorar y entonces ya no necesita estar en ese orden de prioridad", dijo Bisignano. También puede excluirse temporariamente a alguien que tiene un cuadro infeccioso y que por ende no puede ser trasplantado, aun si aparece un órgano compatible.
Las listas de espera de pulmones, hígado y corazón tienen categorías de emergencia o urgencia, no así las de riñones o las renopancreáticas ya que hay tratamientos sustitutivos como la diálisis.
¿En qué condiciones debe estar una persona para tener prioridad? "Las normativas del Incucai lo definen claramente para cada órgano y son de cumplimiento nacional. Eso significa que son las mismas para un paciente que está en Rosario que para uno que está en Buenos Aires o en Mendoza", enfatizó Bisignano.
Los criterios son complejos, pero es posible decir que se incluye en emergencia o urgencia a niños o adultos que por su gravedad extrema no pueden sobrevivir muchos días o semanas más si no logran la intervención quirúrgica. Son pacientes que "si no se trasplantan se mueren".
Como suele haber más de una persona en emergencia o urgencia para un mismo tipo de trasplante, no es extraño que tenga que establecerse un "desempate" ante la aparición de un órgano. "Nos regimos por los principios de equidad y justicia, por eso si médicamente tenemos dos personas que están igualmente graves y son aptas desde el punto de vista de la compatibilidad para el órgano disponible buscamos el factor más objetivo posible para decir a quién se trasplantará. En ese caso la antigüedad en la lista de espera es un criterio que pesa. En las emergencias la edad no constituye prioridad", explicó la especialista.
La espera es difícil de sobrellevar. En la Argentina el promedio para lograr un trasplante hepático es de cuatro días, pero para corazón o pulmón se puede llegar a aguardar meses o años. La contención médica, el apoyo psicológico y el amor familiar suelen ser los motores fundamentales de ese día a día en el que la esperanza libra la batalla más dura contra la desesperación. Y muchas veces gana.
Valentina, sin el respirador
“Está muy bien. Sólo usa el respirador de noche y mañana (por hoy) los médicos intentarán sacárselo todo el día”. Eso dijo ayer, la mamá de Valentina (un año y medio), Luciana Rodríguez. La nena sigue internada en un hospital de La Plata y espera un corazón.