El vicepresidente por la Argentina del Comité de Libertad de Expresión de la
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Francisco Baltazar Montes, advirtió ayer un "clima de alta
dosis de violencia, al menos verbal, e irritabilidad" contra el sector periodístico del país.
Montes puso a consideración de la 65ª Asamblea de la SIP, que se realiza en
Buenos Aires, los puntos que a juicio de los editores locales marcan un deterioro en la libertad de
prensa en la Argentina, sobre todo aquellos referidos a la aprobación de la ley de servicios de
comunicación audiovisual.
Además, remarcó la preocupación por los bloqueos que el sindicato de Camioneros
que lidera Hugo Moyano hizo en las distribuidoras de los diarios Clarín y La Nación en los últimos
días.
Montes, tal como hicieron otros países en la jornada de ayer, presentó solamente
un proyecto de informe sobre libertad de expresión en el país, que ahora deberá ser debatido por la
asamblea de la SIP, antes de su aprobación.
Advirtió que "el contexto en que se produjo el debate" de la ley de medios
"también fue de una alta dosis de violencia, al menos verbal, e irritabilidad".
"Hubo pegatinas masivas de carteles en las calles con consignas contra medios de
comunicación y fuertes embates aun por fuera del tema excluyente como la ley de medios",
indicó.
En el documento se remarcó que "como consecuencia de una escalada del poder
político contra los medios que culminó con el debate público y parlamentario que sancionó la nueva
ley de servicios audiovisuales, este año fue tal vez el más complicado en mucho tiempo para el
funcionamiento de las instituciones democráticas, y por supuesto para el ejercicio del periodismo
independiente".
"Todo fue tenso, todo dividido, todo bajo sospecha, bajo el triste panorama de
una confrontación entre periodistas, empresarios de medios de comunicación, funcionarios,
especialistas y políticos, que no tiene antecedentes en la historia reciente del país", apuntó
Montes en el escrito.
Se recalcó que "las confrontaciones estuvieron plagadas de descalificaciones
cruzadas que no contribuyen al libre diálogo democrático, en los que deben primar la moderación, la
tolerancia y la racionabilidad, evitando la crispación y los debates con alto voltaje político como
los que se dispararon en los últimos meses".
"Por el contrario, lo que pudo haber sido un debate que contribuyera al
fortalecimiento de los medios de comunicación y por lo tanto del sistema democrático y de
participación social, terminó en un atropello a la sombra de viejos revanchismos", se
puntualizó.