Por estas horas recuerdo una y otra vez una de las entrevistas que le realicé al politólogo Guillermo O´Donnell a propósito del porqué de la creación de su teoría política sobre la democracia delegativa. Recuerdo que surgió ante la necesidad de analizar en los '90 las presidencias de Menem, Collor de Melo y Alan García en Argentina, Brasil y Perú para definir un estilo propio de la región. Los conceptos detallados a continuación de O´Donnell son parte de una entrevista que le realicé en 1996 en radio La Red de Buenos Aires: "La democracia delegativa es una concepción y una práctica del poder político que es democrática porque surge de elecciones razonablemente libres y competitivas; también lo es porque mantiene, aunque a veces a regañadientes, ciertas importantes libertades, como las de expresión, asociación, reunión y acceso a medios de información no censurados por el Estado o monopolizados. Este tipo de democracia, como la que vive hoy la Argentina, tiene sus riesgos: los líderes delegativos suelen pasar rápidamente de una alta popularidad a una generalizada impopularidad. Los líderes delegativos suelen surgir de una profunda crisis, pero no toda crisis produce democracias delegativas; para ello también hacen falta líderes portadores de esa concepción y sectores de opinión pública que la compartan. La esencia de esa concepción es que quienes son elegidos creen tener el derecho -y la obligación- de decidir como mejor les parezca qué es bueno para el país, sujeto sólo al juicio de los votantes en las siguientes elecciones. Creen que éstos les delegan plenamente esa autoridad durante ese lapso. Dado esto, todo tipo de control institucional es considerado una injustificada traba; por eso, los líderes delegativos intentan subordinar, suprimir o cooptar esas instituciones".