Aunque sigue en el lote de aglomerados con tasa de desempleo de dos dígitos, el mercado laboral
del Gran Rosario parece haber encontrado un freno en el deterioro sufrido durante 2009 como
consecuencia de la recesión económica. Así se desprende de los datos difundidos ayer por el
Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que dan cuenta de una caída de cinco décimas
porcentuales respecto del segundo trimestre de este año en el índice de desocupación, en el marco
de la recuperación de la oferta laboral en 10 mil personas.
El organismo estadístico difundió ayer las cifras de la Encuesta
Permanente de Hogares (EPH) correspondientes al período julio-septiembre para los 31 aglomerados
que mide en todo el país. Con el 10,3% de la población económicamente activa sin trabajo, la tasa
de desocupación en el Gran Rosario es una de las cinco que se mantienen por encima de los dos
dígitos. En el segundo trimestre, el desempleo había sido de 10,8%.
Entre la medición de mitad de año y la de septiembre hubo una levísima
mejoría en los principales indicadores del mercado de trabajo. Así, la tasa de actividad, que mide
el porcentaje de la población que participa de la oferta de trabajo, se elevó de 45,5% a 46,1%. El
empleo creció de 40,6% a 41,4% y la subocupación pasó de 9,9% a 9,1%, con suaves caídas tanto en el
subempleo demandante como no demandante.
Así, apenas por unas décimas, la foto del empleo en la región al cabo
del tercer trimestre del año es algo mejor que la de mitad de año. Es verdad que la comparación
encierra una trampa, ya que para despejar la medición de distorsiones estacionales, la relación más
conveniente es la que se da entre dos trimestres de un mismo año.
En ese sentido, el tercer trimestre de 2009 muestra un deterioro del
mercado laboral muy marcado respecto del mismo período de 2008. Empezando porque hace un año el
desempleo era de un dígito (9,4%), la tasa de empleo tres décimas más altas (41,7%) y la
subocupación del 7,5%.
Pero caben aquí dos aclaraciones. En septiembre de 2008 la medición del
Indec no llegó a captar los primeros impactos de la recesión económica en el empleo. La
superposición del conflicto del campo, la sequía y la crisis internacional comenzó a golpear fuerte
en los últimos tres meses del año y comenzó un declive que tuvo su momento más duro a mitad de
2009.