En los próximos días, una delegación de psicopedagogos y psicólogos de la Región VII de Educación con asiento en Venado Tuerto, a cargo de Cristina Farioli, realizará un relevamiento en el Jardín de Infantes Nº 202, Antonella Celestino, para determinar la denuncia realizada por un grupo de padres sobre una presunta violencia psicológica y física sobre al menos seis niños de ese establecimiento educativo de Chovet; localidad de tres mil habitantes ubicada a 130 kilómetros al sur de Rosario.
La polémica se desató la semana pasada cuando un grupo de padres recibieron testimonios de sus propios hijos en dónde manifestaban ser víctimas de violencia verbal por parte de dos maestras y algunos chicos dijeron haber recibido cachetadas. Tras ellos al menos seis cartas fueron enviadas a la Región VII de Educación alertando sobre la situación.
La titular de la Región VII, Cristina Farioli, dijo estar al tanto de la situación y "como medida preventiva, la supervisora decidió la licencia de una de las docentes. De todos modos se instruyó la presencia de psicopedagogos y psicólogos para analizar la situación en Chovet. En esto tenemos que ser cautos para no cometer injusticias".
Mientras tanto, los padres comentan los sucedido en las redes sociales pero aún tienen miedo de hablar públicamente a través de los medios. El lunes algunos padres amenazaron con no enviar los chicos al jardín en el caso que estuviera la maestra denunciada pero se encontraron con que la Región VII la había separado momentáneamente del cargo.
El problema con dos padres se originó con la otra maestra que dio clases normalmente aunque en este caso no pesaba tanta gravedad como el caso de su colega desplazada. La semana que viene, un cuerpo especializado de la Región VII de Educación comenzará a develar el misterio.
El titular de Amsafe General López, Alberto Maurino, dijo que "estoy al tanto por comentarios pero a nuestra delegación gremial no nos llegó nada oficialmente. De todos modos hay que ser cautos porque hubo casos en los que se cometieron injusticias con docentes. El caso de Chovet hay que analizarlo minuciosamente y tomar las medidas correspondientes y evitar el escarnio público a los docentes. Hay que investigar a fondo".
El tema de la presunta violencia física y verbal contra chicos del jardín de infantes es la comidilla diaria de los habitantes de Chovet y dividió aguas. Están los que cuestionan a las docentes y están quienes dicen que se exagera el hecho. Lo cierto es que no pasó desapercibido y tanto los padres como la comunidad en general, aguardan expectantes lo que suceda cuándo se acerque el gabinete psicopedagógico y de psicólogos para desentrañar el caso.
Silencio. Una de las madres damnificadas, en diálogo con este diario, expresó su experiencia no sin antes aclarar que no quería que trascendiera su identidad. Dijo que su hijo tuvo pesadillas y que se negaba a entrar al jardín aduciendo que en ese lugar no lo iban a dejar ir al baño. Al parecer la maestra le había prohibido ir al baño en una oportunidad. "Me pedía por favor que no lo llevara al jardín", contó apesadumbrada.
Otra madre relató que su hijo tenía pesadillas y no quería ir al colegio porque "la seño" le había dicho que le iba a cortar los dedos. A otros no les dejaban hacer "caca" y a una tercera nena le tiraban de los pelos. Todo en versión de las madres que se animaron a contar aunque dijeron que hay muchos testimonios de este tipo. Tanto Farioli como Maurino coinciden en destacar que al margen de lo que sucedió en Chovet, "los docentes no son los mismos de otros tiempos como tampoco lo son los alumnos ni los padres. Hay un realidad muy distinta. Al margen de lo de Chovet, sea cierto o no, hay un clima de violencia escolar generalizado".