La Justicia federal ordenó al Pami Rosario la restitución de los puestos de trabajo de tres
empleados separados de sus funciones por una resolución administrativa de junio pasado. Los
trabajadores son delegados de la Unión de Trabajadores de Institutos de Servicios Sociales (UTI) y
denunciaron discriminación y persecución gremial, mientras que el Pami desobedece la orden
judicial. En tanto, uno de los damnificados demandó a tres directivos por amenazas y se pidió la
intervención al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).
El pasado 5 de junio, en virtud de la resolución 0783/09, tres
trabajadores del Pami fueron desplazados de sus funciones habituales: Norma Tosoni, jefa de
instrumentadores quirúrgicos desde 2006; Daniel Helmbold, subjefe de la intendencia del Pami I
desde diciembre de 2008, y Alejandro Goroso, jefe de recursos humanos del Policlínico Pami I desde
2005.
A los tres se les ordenó dejar sus puestos y se los limitó a marcar
tarjetas sin asignación de tareas específicas. Los empleados denunciaron violación a la ley de
libertad sindical, ya que son delegados de UTI desde 2007.


























