El ex gobernador cordobés José Manuel de la Sota aseguró que su sucesor, Juan
Schiaretti, será quien "tendrá que llevar al peronismo a la victoria" para las elecciones
legislativas de 2009 debido a la baja adhesión que despierta el matrimonio Kirchner entre los
cordobeses.
De la Sota volvió a marcar distancias con el gobierno nacional y descargó
fuertes críticas contra el matrimonio presidencial.
"Yo la única vez que he conseguido algo de los Kirchner es cuando los he peleado
feo", contó.
Relató que durante la última reunión que mantuvo con Néstor Kirchner un
funcionario ingresó al salón "porque pensó que estábamos casi a los sopapos".
Reveló que el ex presidente "nunca lo quiso a Schiaretti como candidato" a
gobernador y destacó que la presidenta "Cristina (Fernández) perdió una oportunidad histórica" al
no bajar las retenciones a la soja.
"Había un nivel de bronca que lamentablemente está volviendo, porque acá estamos
cerquita del que se vayan todos", disparó.
El ex mandatario manifestó además a una radio de Río Cuarto que "Schiaretti no
es un delegado" suyo. "Yo he tenido mucho cuidado, no he hablado con Schiaretti durante todo el año
que lleva de gobernador. Es más, este gobierno es muy distinto que el mío, tiene la impronta de
Schiaretti", apuntó.
Capitanich y Fernández. El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, aseguró en
cambio que el Partido Justicialista "puede obtener la mayoría legislativa" en los comicios del año
próximo. Y calificó de "crítica absurda" a quienes cuestionan a Kirchner por haber estrechado sus
alianzas dentro del peronismo y con los barones del conurbano, apuntando a los referentes de
izquierda que se alejaron Humberto Tumini, Jorge Cevallos y el diputado Miguel Bonasso.
El minostro del Interior, Aníbal Fernández dijo que el oficialismo va a triunfar
en 2009 y que la ciudadanía le va a dar la espalda a los opositores "charlatanes".
"Mientras los charlatanes van a seguir hablando, nosotros vamos a seguir
gobernando porque la gente de tonta no tiene nada".
Por último destacó: "Soy de los que siempre creyó que había que dejar de decir
lo que decía Juan Perón para hacer lo que decía Juan Perón, y esta presidenta se lo ha tomado muy
en serio en cada uno de los puntos".