A ocho años de los trágicos acontecimientos que derivaron en su anticipada salida del gobierno, el ex presidente Fernando de la Rúa repasó aquellos días desde sus sentimientos y acusó sin vueltas al peronismo por su suerte.
A ocho años de los trágicos acontecimientos que derivaron en su anticipada salida del gobierno, el ex presidente Fernando de la Rúa repasó aquellos días desde sus sentimientos y acusó sin vueltas al peronismo por su suerte.
Primero le apuntó al peronista Eduardo Duhalde, a quien acusó de haber impulsado su renuncia "para manotear el poder antes de tiempo" y afirmar que le "chafó" (robó) los ahorros cuando implementó el "corralón".
De la Rúa reconoció que no lloró cuando se desataron los saqueos a supermercados y la represión policial en manifestaciones sociales, que causaron la muerte de 34 personas en todo el país en el tristemente recordado como Diciembre Negro de 2001.
"No soy de llorar; un momento especialmente triste fue cuando me dijeron que había muertos esos días. A mí se me hizo un nudo en la garganta, pero no lloré, me la aguanté, un presidente no llora, me tocaba asumir la situación en la que estaba", señaló en un reportaje a una radio porteña.
Cuando se le preguntó si tuvo "miedo" el 19 y 20 de diciembre de 2001, respondió: "No para nada; eran políticos que querían manotear el poder antes de tiempo, al final lo lograron".
Luego agregó que "está a la vista" quiénes fueron los autores de esa maniobra: "(Eduardo) Duhalde, (el ex gobernador Carlos) Ruckauf, el justicialismo de la provincia de Buenos Aires con algún radical enojado", indicó.
Momento de ironías. Sobre la actualidad política, De la Rúa dijo que es "problema" de Duhalde si quiere ser candidato a presidente en el 2011, y no se privó de ironizar: "Por fin después de la experiencia dice que hay que defender las instituciones, que nunca más haya alteración de las instituciones, justo él que protagonizó ese quiebre".
El ex presidente recordó que en aquel momento él mismo "tenía dinero en pesos en el banco, porque habíamos vendido un departamento con Inés (Pertiné, su esposa)".
"Ella fue y los puso en pesos, después me los chafó Duhalde con el «corralón»; se tomaron todos los pesos, perdí todo", contó, e insistió en que cuando renunció a la Presidencia "no sabía que había muertos".
Al ser interrogado a qué se dedicaba en la actualidad, dijo estar "trabajando como abogado, y además mucho como abogado propio, de los «tirotazos» que me pegan", bromeó, en alusión a las varias causas judiciales que tiene en su contra producto de su paso por la Casa Rosada.
Hincha de Cobos. En otro orden, opinó que Julio Cobos debe "mantener el cargo por el que fue elegido, su deber es seguir como vicepresidente y su deber fue votar en contra de la 125", la resolución que establecía retenciones móviles a las exportaciones del agro.
"Se quiso presentar eso como traición, y no es traición, es el cumplimiento del deber según su conciencia", expresó.
De la Rúa afirmó que votaría a Cobos para la Presidencia en 2011 porque "es una persona que satisface mis deseos de un sentido republicano, de coraje cívico; pero hay que pensar cómo se ordena la República frente a estos pronósticos negativos que sólo el peronismo puede terminar los gobiernos".
Finalmente, consideró que no hay en el país una "Justicia independiente" y reiteró que "es una falacia total" que se hayan pagado sobornos en el Senado para aprobar la ley de reforma laboral.
Precisamente ese episodio, actualmente bajo la lupa judicial, fue el que desencadenó la renuncia de su vicepresidente, Carlos Chacho Alvarez, que a su vez fue el inicio del desbarranque de su gobierno, cuyo ícono final fue la foto del helicóptero —con él a bordo— despegando de la terraza de la Casa Rosada.