La Justicia italiana acusó de homicidio imprudente múltiple y de provocar un naufragio al capitán del barco que zozobró el fin de semana en el Mediterráneo y que dejó unos 800 muertos, en una catástrofe que reabrió el debate sobre política migratoria en la Unión Europea (UE). El capitán del barco, Mohammed Ali Malek, de 27 años y nacionalidad tunecina, y un miembro sirio de la tripulación, de 25, fueron arrestados en la madrugada de ayer por la policía italiana tras ser reconocidos por los pocos sobrevivientes del naufragio. Ambos son acusados de encubrimiento de inmigración ilegal. La policía citó testimonios de los sobrevivientes que aseguran que había entre 400 y 950 personas en el barco, en el que podría ser el peor desastre conocido entre los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo con dirección a Europa. Lograron salvarse tan pocos porque la mayoría de los que iban a bordo, incluidas mujeres y niños, estaban encerrados en la bodega y los pisos bajos del pesquero de tres niveles, dijo el fiscal jefe de Catania, Giovanni Salvi.
Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), unas 800 personas fallecieron en el naufragio ocurrido el sábado frente a las costas de Libia, al sur de la isla italiana de Lampedusa. Los sobrevivientes relataron que el barco partió de Trípoli el sábado, llevando a bordo a 350 eritreos, así como a personas procedentes de Siria, Somalia, Sierra Leona, Mali, Senegal, Gambia, Costa de Marfil y Etiopía.
Tan sólo pudieron ser rescatadas 28 personas, entre ellos los dos arrestados. Veintisiete de los supervivientes fueron trasladados la noche del lunes al puerto de la ciudad italiana de Catania a bordo del barco Gregoretti de la guardia costera italiana. Allí los esperaba el ministro de Transportes italiano, Graziano Delrio.
Varios testigos relataron que muchas de las personas que viajaban en la embarcación iban encerradas en la bodega. Hasta ahora sólo se recuperaron 24 cadáveres, que serán enterrados en Francia. Según la prensa, los supervivientes relataron a Acnur que la embarcación chocó el domingo con un barco mercante portugués, que acudió al rescate de los migrantes. Supuestamente al cruzarse con la embarcación, el capitán intentó esconderse, maniobrando de forma temeraria y chocando con el navío portugués King Jacob.
En ese momento se desató el pánico, pues las personas que estaban en la bodega oyeron el choque e intentaron salir. Otros que estaban en cubierta cayeron al mar, mientras la embarcación se inclinaba cada vez más y acabó por zozobrar. Los fiscales de Catania, a cargo del caso, aseguraron que la información dada por los sobrevivientes, así como por el barco portugués sugiere que a bordo de la embarcación naufragada viajaban "unos 850" migrantes", encerrados en las bodegas.
El lunes, la guardia costera italiana rescató a 638 personas de seis embarcaciones en aguas territoriales libias, mientras que otras 446 fueron recogidas por un barco pesquero a primera hora del martes a unos 150 kilómetros de la costa de Calabria. Asimismo, Libia interceptó varias embarcaciones con africanos que intentaban alcanzar las costas de Italia en los últimos tres días, deteniendo a más de 600 inmigrantes, dijo ayer un funcionario de seguridad. El país norafricano, asolado por la violencia y una crisis de autoridad estatal tras la caída de Muammar Kaddafi, se transformó en un centro importante para el tráfico en barco de inmigrantes africanos hacia Italia. La Acnur dijo que la anarquía reinante en Libia, así como la falta de control en la frontera llevará a que más personas quieran llegar a Europa, lo que representa un mayor riesgo de muertes en el Mediterráneo. Por otro lado, en Grecia fueron arrestados también dos supuestos traficantes de inmigrantes ilegales, un día después de que tres personas murieran al encallar una embarcación frente a la isla de Rodas. Tan sólo en las últimas 48 horas fueron detectados 500 migrantes en el Egeo.
La catástrofe de este fin de semana avivó el debate sobre la política migratoria en la Unión Europea (UE). El lunes se reunieron en Luxemburgo los ministros de Exteriores e Interior del bloque y presentaron un plan de diez puntos. Los jefes de Estado y de gobierno de la UE celebrarán mañana una cumbre de urgencia en Bruselas para abordar la crisis migratoria.
Solidaridad de la UE en la crisis
El premier italiano, Matteo Renzi, aseguró ayer que el lunes fue “la primera vez” que la UE mostró solidaridad con la crisis migratoria del Mediterráneo. “Por primera vez toda Europa mostró preocupación y solidaridad, con algunos compromisos concretos sobre los que intentaremos poner el foco” de cara a la cumbre extraordinaria del jueves en Bruselas, escribió Renzi en su página de Facebook.