El jefe del gabinete de la Cancillería alemana, Ronald Pofalla, recordó ayer que su gobierno había logrado recomponer en gran medida las relaciones con la EEUU hace cuatro meses, después de que se diera a conocer el espionaje masivo de comunicaciones de sus ciudadanos por parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Sin embargo, destacó que "de comprobarse las acusaciones (sobre las escuchas a Merkel), estaríamos ante una grave ruptura de la confianza", y advirtió que "sería un comportamiento absolutamente inaceptable entre socios y estrechos aliados". Ayer tanto Merkel como el titular de Exteriores, Guido Westerwelle, dieron por probado el espionaje a la jefa de gobierno. Incluso hubo voces que reclamaron una suspensión de las negociaciones para un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE). "Creo que ahora habría que interrumpir las tratativas", dijo el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Westerwelle llamó al gobierno de Washington a "poner todas las cartas sobre la mesa". Alemania decidió además enviar una delegación la semana entrante a EEUU e iniciar un análisis exhaustivo de la documentación de que dispone de la NSA estadounidense.