Definición cerrada, estrecha, ceñida, como nunca antes. Tres equipos, San
Lorenzo, Boca y Tigre, subidos a lo más alto de la tabla con chances parejas tanto para consagrarse
campeones como para llegar a un desempate entre dos o tres equipos. Pero ahí cerca está Lanús, a
dos puntos de los líderes, aún con chances, esperando que los de arriba se caigan para dar el
batacazo, al menos para soñar con un desempate. El torneo Apertura tendrá hoy un cierre que amenaza
con ser infartante.
Boca recibirá a un Colón ávido de puntos. San Lorenzo
visitará a Argentinos. Tigre enfrentará a Banfield en Victoria. Y Lanús será local ante los
tucumanos. Los cuatro partidos comenzarán a las 17.20.
Incentivaciones, especulaciones y suspicacias al margen,
todos aseguran que irán al frente, más allá de que puedan beneficiar a alguien. Las urgencias
propias, dicen, pesan más en sus balanzas.
A la hora señalada, todos pondrán los mejores intérpretes y
se jugarán todo por el todo para quedarse con el título sin pasar por una instancia posterior de
definición.
Más allá de reaparecer los rumores de diferencias internas
en el plantel, seguramente los jugadores de Boca cincharán todos en la misma dirección. Es que, al
margen de la gloria personal y grupal, de ese título dependería la continuidad del DT Carlos Ischia
y los jugadores lo saben, principalmente los referentes.
San Lorenzo, recuperado, reconfortado tras las goleadas 4-1
ante Huracán e Independiente, visitará un reducto complicado como el estadio Diego Maradona para
enfrentar a un Argentinos que, cual dibujo animado, es seguido por una nube negra con forma de
soborno que deja mal parada a su barrabrava y bien posicionado al plantel que por última vez
conducirá Gorosito antes de irse a River.
En San Lorenzo, la calma gana terreno, aunque la aguja del
barómetro irá subiendo con las horas y llegue el momento de salir a la cancha.
Tigre, en tanto, va por la revancha del último Apertura,
cuando Lanús se quedó con la gloria, luego del retorno a Primera del equipo de Victoria.
Y Lanús, que de estar algo relegado pasó a convertirse en
el cuarto en discordia, enfrentará a San Martín. Los jugadores dicen que no es imposible, pero
saben que las chances son pocas. Lo cierto es que saldrán a ganarle a San Martín con el pasacalle
listo para agradecerle a cualquier santo, si es que se da el milagro.
Un cierre inédito, atrapante, de un torneo que por irregular pasó a ser
atractivo. Ascensos y descensos de rendimientos matizaron un certamen abierto no sólo hasta el
final sino, quizás, hasta luego del mismo.