En la línea de los excéntricos hermanos de "Viaje a Darjeeling" o los inconscientes de "¿Qué pasó ayer?" los personajes de "Días de vinilo" están en busca de algo, pero no saben muy bien qué. El filme, que se estrena hoy, recrea con humor la crisis de unos inminentes cuarentones a quienes el casamiento de uno de ellos pone al borde del abismo. El director Gabriel Nesci eligió para su ópera prima el tono de comedia y la ironía que mostró en "Todos contra Juan", su exitosa creación televisiva que, como en este caso, también protagonizó Gastón Pauls. El cuarteto lo completan Rafael Spregelburd, Fernán Mirás e Ignacio Toselli.
Los cuatro actores interpretan a Damián, Facundo, Luciano y Marcelo, amigos desde siempre y fanáticos del rock y los viejos elepés. Pero todo se hace relativo cuando Facundo está a punto formalizar su relación. Damián, el personaje de Pauls, es un director de cine insatisfecho que aspira al respeto que la crítica le niega. Para remediarlo se propone rodar un filme "de culto" con Leonardo Sbaraglia y que los críticos lo amen. Pero sus propios amigos le dicen que el nuevo guión es peor que el anterior, con el cual se ganó la crucifixión de los medios.
Luciano, interpretado por Fernán Mirás, es locutor, y Facundo, un compositor frustrado que vive de su trabajo en un cementerio privado. Pero tampoco él estará libre ni el casamiento será una certeza. Cuando está todo a punto para que dé el sí, tiene una propuesta de un ambiciosa cantante, ella sí exitosa, para formar un dúo. Y Marcelo, una composición de Ignacio Toselli, está a punto de perder su sagrada afición a la música en manos de una mujer.
Inmaduros.Nesci comenzó a gestar el guión mientras se desempeñaba como guionista de "Ser urbano", el ciclo que conducía Pauls. Después de diez años y de pasar por varios títulos finalmente llegó a la versión definitiva. "El humor de Gabriel Nesci me gusta mucho. Y cuando se armó el equipo de trabajo no lo dudé", explicó Pauls. "Los personajes son cuatro adolescentes de casi 40. Hay como una adolescencia tardía. Son cuatro inmaduros totales. Ante el inminente casamiento de uno de ellos, los otros tres entran en crisis y les cae la ficha que se acercan a los 40 y que ninguno de ellos tiene demasiado claro ni el pasado, ni el presente ni mucho menos el futuro. De alguna manera es una especie de crisis de casi los 40. Pero todo en tono de comedia", añadió.
Aunque se trata de una película argentina con amigos, no habría que esperar tópicos costumbristas ni simplificaciones. "Gabriel Nesci en general tiene una forma bastante particular de tratar la amistad. Esta es una película sobre la amistad donde, más allá de ser argentina, no está presente ni el asado, ni el café ni el mate", contó el actor.
La música entendida adquiere un lugar central y es abordada como la banda sonora de una época. También como actividad de uno de los personajes que tiene una banda, Los Hitles, que toca covers de Los Beatles y encuentra en los viejos elepés de vinilo un objeto de culto y catalizador de la nostalgia. "La música es protagonista y símbolo de unión de las personas. Me parece que los cuatro amigos fueron unidos por algo fortuito que tiene que ver con la música y van viviendo su vida a partir de la música", dijo Pauls.
A medio camino entre películas sobre las relaciones fraternas, como "Viaje a Darjeeling", o entre amigos salvajes, como "¿Qué pasó ayer?", la película pivotea entre el humor y la reflexión: "Admiro mucho a Gabriel, que me parece un tipo muy talentoso, por dos razones que creo que son inconscientes en él. Primero porque es muy gracioso, y creo que de eso puede estar más consciente, y porque en muchas de sus observaciones y en la forma en que toca el humor hay algo muy profundo. Cuando empezamos a trabajar en «Todos contra Juan» me parecía que más allá de reírnos de algunas cosas, el trasfondo y la segunda lectura era muy profunda. Gabriel hablaba sobre el éxito, el medio, la vanidad, el orgullo, el ego. En este personaje también lo hace y se mete muy profundamente", evocó el intérprete.
Abulia. La película, según Pauls, funciona como un paneo sobre la generación posdictadura. "Lo hablábamos con Sbaraglia y Fernán Mirás que hay como una radiografía de una generación, casi abúlica y con muy pocas cosas claras. Mi generación, que es casi la de los 40, es la que creció con la democracia, con la libertad y por ende con una gran responsabilidad, como decir ¿ahora qué hacen con toda esta libertad? ¿y ahora qué hago con todo esto?. Me parece que estos personajes se preguntan qué hice y qué no hice".
El soporte de vinilo es una especie de catalizador de un pasado que, aun con sus fallas, parecía más rico en sensaciones y experiencias, al menos en lo referido al consumo de discos. "Eso es algo tiene que ver con la pluma de Gabriel. Más allá del humor en «Todos contra Juan» había algo triste en la historia. Y en esta historia, también hay algo triste. Yo tengo 40 años y de mis primeros discos recuerdo lo que me costaba juntar los pesitos que me daba mi viejo, esperar a que saliera el disco, ir a la disquería, comprarlo, abrirlo. Hay algo de ese romanticismo que hoy siento que no está. Hoy los chicos se enteran que el 22 de septiembre sale el disco de Justin Bieber, y lo pueden bajar el día anterior. Antes era disfrutar del arte de tapa, abrir el disco, ver las letras. No digo que lo de antes sea mejor, pero en aquellos que lo vivimos, hay algo de nostalgia", reconoció Pauls. Coherente con el perfil musical, eligió una cita de "Cantata de puentes amarillos", de Spinetta, para cerrar la reflexión: "Como diría El Flaco «¡mañana es mejor!»"
Aunque los personajes aparenten ser los clásicos perdedores, Pauls relativizó hablar de los personajes a partir de la antinomia ganador-perdedor. "Es paradójico porque la cotidianidad nos exige ser ganadores y eso para mi es una inmensa ficción. Es mentira porque por ahí la victoria o la vida están llenas de un montón de pequeñas derrotas. En realidad es según la lectura que uno haga. Quizás el verdadero triunfo son las pequeñas muertes cotidianas, cuando no sale algo, pero no nos damos cuenta que está saliendo otra cosa a partir de eso. Me parecen muy reales, me atraen mucho los personajes humanos, que tienen su costado de búsqueda, que chocan contra muchas cosas, y quizás al final aparece la victoria. En la película se ve que más allá de que son cuatro aparentes y entre comillas, perdedores, si uno hace la lectura final, son ganadores, entienden algo. Les cae la ficha. Por eso digo que en el día a día se nos exige ser exitosos y ganadores, pero en realidad esa victoria va a estar al final de nuestra vida cuando digamos ¿logré o no logré lo que quería?. Pero es un mundo que cada día pide más violentamente la fotografía del podio", reflexionó Pauls.