La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió anoche a la cúpula del Episcopado, con la que abordó "la situación general del país, la trata de personas y la necesidad de fortalecer los vínculos institucionales", luego de las duras críticas a su gestión que hicieron los obispos en un documento reciente.
Tras la reunión, que se extendió por media hora, el vocero del Episcopado dijo a los periodistas acreditados en la Casa Rosada que el encuentro fue "muy cordial y muy amable".
Los integrantes de la comisión ejecutiva del Episcopado asistieron encabezados por monseñor José María Arancedo y le entregaron a Cristina Kirchner una copia del documento crítico que habían difundido semanas atrás, pero del que no se habló "específicamente" durante la audiencia, sostuvo el vocero episcopal Jorge Oesterheld.
Con ese texto, elaborado por la Asamblea Plenaria y titulado "Creemos en Jesucristo, Señor de la historia", la Iglesia hizo un llamado al diálogo, la paz social y la reconciliación de los argentinos, aunque también había expresado su "profunda preocupación" por algunos síntomas de la persistencia de la crisis moral y cultural, y la posibilidad de que el país quede "enfrentado en bandos irreconciliables".
Durante el encuentro, los religiosos le trasladaron a la presidenta un saludo por la Navidad y le obsequiaron un pesebre.
"Se habló de la situación general del país", señaló Oesterheld, quien precisó que los obispos plantearon "la necesidad de seguir trabajando sobre la pobreza".
También se abordó el tema de "la trata de personas" y se "valoró la importancia que le está dando al tema la presidenta", luego del polémico fallo sobre el caso Marita Verón, indicó el portavoz.
"Los obispos insistieron en el mismo tema que siempre repetimos los curas, en la necesidad de una convivencia pacífica, armónica, entre todos los argentinos, y se coincidió en eso y en la necesidad de fortalecer los vínculos institucionales", agregó.
Y también remarcó que se habló de la "reforma del código civil" y en ese sentido los obispos expusieron "sus preocupaciones de siempre, la preocupación por el respeto dela vida, por la integridad de la familia".
La mandataria y la cúpula episcopal se vieron por única y primera vez el 10 de noviembre de 2011, apenas el arzobispo santafesino Arancedo fue proclamado para suceder al cardenal Jorge Mario Bergoglio al frente del Episcopado argentino.
Con la Daia. Luego del encuentro con los obispos, la presidenta recibió en la Casa de Gobierno a las nuevas autoridades de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia).
La reunión se realizó en el despacho presidencial y duró una hora, informaron fuentes oficiales. Participaron en representación de la entidad su presidente, Julio Schlosser; el vicepresidente primero, Waldo Wolff; el secretario general, Jorge Knoblovits y el tesorero, Mario Comisarenco.