"Hace diez años no sabíamos qué iba a pasar el día siguiente. Hoy estamos proyectando de aquí a diez años". Con estas palabras, Cristina Fernández de Kirchner ensayó ayer la que consideró la mejor síntesis de la proyección del Plan Estratégico Industrial 2020, que obligadamente, ante la ausencia de la ministra de Industria Débora Giorgi, debió presentar, en un acto que no tuvo, como en otras oportunidades, el condimento picante de campaña.
Hermes Binner, gobernador y rival de la presidenta, no hizo uso de la palabra, aunque luego se descargó por Twitter. (ver página 11).
Fue en la reinaugurada planta de motos Corven, en Venado Tuerto, donde la mandataria valoró especialmente algunos aspectos del modelo y del plan, como la importancia de la inversión pública, el rol del Estado, el fortalecimiento del mercado interno, la federalización de la industrialización y innovación tecnológica.
Galpón colmado.Cristina habló frente a un galpón colmado de empresarios y funcionarios que confluyeron en lo que ella prefirió llamar "el país profundo", y no el interior, y de hacer especial énfasis en que la presentación del Plan Industrial se hizo, justamente en una fábrica.
El discurso de la presidenta de ayer, que no tuvo el más mínimo dejo confrontativo, se centró básicamente en el lanzamiento del PEI 2020: una gran convocatoria a 11 sectores de la industria que concentran el 80 por ciento del PBI del sector. Para delinear estrategias que permitan, entre otros objetivos, duplicar el PBI industrial para 2020 llevándolo a 140 mil millones de dólares, crear 1,5 millón de nuevos puestos de trabajo, llevar la tasa de inversión del 24 al 28 por ciento.
Las cadenas industriales de valor que trabajaron en el proyecto fueron las de cuero, calzado y marroquinería; textil y confecciones; foresto-industrial; automotriz y autopartista; maquinaria agrícola; bienes de capital; materiales para la construcción; química y petroquímica; medicamentos para uso humano, y software y electrónicos.
De allí surgieron los consensos: la necesidad de un Estado presente, un mercado interno pujante como pilar de la inversión, la agregación de valor y el aumento de la competitividad Para cada consenso se establecieron lineamientos que puedan generar estas políticas. De eso habló Cristina ante la ausencia de Giorgi, quien no pudo aterrizar en Venado y debía hacer la presentación antes de que hablara la presidenta (ver aparte). "Estamos presentando este libro en una fábrica y en el país profundo", reflexionó la primera mandataria, quien recordó que mientras en 2007 se fabricaban motos con un 55 por ciento de componentes importados, hoy esos elementos bajaron al 40 por ciento.
También recordó que entre 2003 y 2011 el país tuvo "el crecimiento del PBI industrial más alto de la historia argentina, con un 9,8 de crecimiento anual en 2010. Y dijo que el crecimiento argentino tuvo necesariamente que ver con el de la industrial. Después de referirse al aumento del ingreso per cápita en la Argentina (que duplicó, dijo, al mundial) consideró que "las recetas de ajuste sólo llevan a la recesión", y recordó que "la solvencia macroeconómica se dio por la reducción de la deuda, el desendeudamiento con el Fondo Monetario y unas reservas que permitieron estabilidad en medio de la crisis. Esas "reservas" que, según dijo, permiten hacer frente a la crisis externa
Pero el crecimiento sostenido tiene, a su juicio, "una pata fundamental en el rol del Estado, que garantiza la demanda y la oferta", así como la "capacidad de consumo, con gente que hoy percibe mejores ingresos".
Base sólida. También hizo hincapié en la inversión pública en infraestructura, sin la cual "es imposible sostener el crecimiento". Por eso, consideró que el plan industrial parte de "una base sólida que nos generó demanda interna, la que permitió el incremento del consumo". Y recordó la frase que minutos antes había pronunciado el presidente de la UIA, José Ignacio De Mendiguren: "Esto no es el campo contra la industria". Y llamó a "industrializar la ruralidad". Volvió después sobre la importancia del mercado interno, y fustigó a los monetaristas, "grandes responsables, junto a las consultoras y las calificadoras", de las grandes burbujas financieras que llevan a las crisis.
Por último, llamó a federalizar la industrialización, que se agregue valor en el lugar donde se generan las materias primas, y una fuerte innovación tecnológica.
"El plan ha generado metas para el crecimiento, pero lo importante es que nos hayamos puestos a pensar la Argentina de aquí al 2020. Hace diez años no sabíamos qué pasaba al otro día, hoy podemos pensar una argentina a diez años", remató.
Salario mínimo
En el marco de extenso discurso, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó en Venado Tuerto que “el salario mínimo creció el 1.050 por ciento desde 2003 a la fecha”. La jefa del Estado agregó que “los millones de nuevos jubilados y los chicos que perciben la Asignación Universal por Hijo hablan de otra Argentina”.
Elogios de la UIA
Antes que la presidenta, habló el titular de la UIA, José Ignacio De Mendiguren, quien aseguró que “es imposible demostrar algo si no es a largo plazo”. El dirigente empresario recordó que los argentinos “fuimos los cobayos” de experimentos económicos que “no pudieron tener otro resultado: las industrias que sobrevivieron lo hicieron por la gran capacidad de los industriales”. El Vasco, como lo llamó en el discurso la jefa del Estado, valoró la forma en que se construyó el Plan Estratégico Industrial 2020. “Acostumbrados a escuchar a los gurúes internacionales y a las consultoras los casos de otros países, esta vez nos sentamos ha elaborar un plan entre todos”. Luego de los discursos, el jefe de Gabinete de Daniel Scioli, Alberto Pérez, recomendó a Hermes Binner que, para comprender la Argentina, escuche “atentamente” a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Binner así entendería una Argentina que crece con fuerza, pese al contexto internacional, con innovación y priorizando al país”.