La presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó que “es mucho lo que el país ha avanzado, pero a mí me desvela que este inmenso esfuerzo colectivo, personal y familiar caiga en saco roto”.
De este modo, la mandataria realizó un gesto que permite visualizar su primera señal en pos de la reelección, justo cuando ocho años atrás Néstor Kirchner salió segundo en la primera vuelta y, finalmente, resultó vencedor tras la deserción de Carlos Menem. Paralelamente, quedó confirmado que la jefa del Estado no concurrirá mañana al acto de la CGT que encabezará Hugo Moyano en la porteña avenida 9 de Julio.
“Necesitamos que estas cosas, como la asignación por hijo, se institucionalicen e internalicen en nuestra sociedad, en nuestros empresarios, en nuestros trabajadores porque la conflictividad no puede arruinarnos el modelo”, enfatizó por cadena nacional. Luego aseguró que en su gestión y en la de su marido hubo “un programa de gobierno visible, ejecutable, viable y con resultados verificables” que hoy permiten hablar de lo que se hizo y no de lo que se puede hacer.
“Pudimos llevar nuestras ideas a la práctica en un programa de gobierno visible, ejecutable, viable y con resultados verificables al cabo de ocho años. No hablamos de las cosas que se pueden hacer, sino de las que hicimos y que parecían increíbles”, dijo Cristina durante su mensaje, brindando una señal política.
La presidenta consideró que lo que se hizo desde el gobierno durante estos ocho años fue parte de “un sueño acariciado” que “le cambió la vida a mucha gente”.
Casi en paralelo al discurso presidencial, desde la CGT aseguraron que finalmente la jefa del Estado no estará en el escenario del acto que la central sindical prepara para mañana en virtud del Día del Trabajador. El judicial Julio Piumato, integrante de la dirección de la CGT, confirmó que la presidenta no asistirá a esa actividad gremial pues se encontrará en Santa Cruz, justo a 6 meses del fallecimiento de Néstor Kirchner, y se quedará en esa provincia.
De este modo, la distancia que existe entre el titular de la CGT y la mandataria será más concreta con su ausencia, donde los gremialistas esperan dar una demostración concluyente de su poder de movilización. En las filas moyanistas, el entusiasmo los llevó los últimos días a estimar en medio millón de personas la cantidad de asistentes. De este modo, pretendían mostrar su poder de fuego delante mismo de la presidenta.
Pero Cristina se disculpó y el viaje a Santa Cruz, para los seis meses del fallecimiento de su esposo, la eximirá de asistir a un acto como el de Moyano en momento de extrema tensión política, en medio de las definiciones por los lugares en las listas de cara a las elecciones de octubre y de los problemas judiciales que atraviesa el líder cegetista.
Por su parte, el gobernador Daniel Scioli dijo ayer en Bahía Blanca que “seguramente que sí” concurrirá al acto “como presidente del Partido Justicialista a nivel nacional, como dirigente peronista, si se dan las condiciones en cuanto a mi tiempo y agenda, me voy a hacer un rato para ir a saludar este gran encuentro de los trabajadores”. Scioli entonces, iría, aunque persiste la duda sobre si esos “temas de agenda” que mencionó le impedirán estar en la primera fila que Cristina prefirió evitar.
El moyanismo prepara el acto en la avenida 9 de Julio intentando dar cumplimiento al pronóstico de poner 500 mil personas en la calle, algo que es motivo de polémicas en el interior del kirchnerismo, donde se lee que el verdadero intento del sindicalista es condicionar a la presidenta a la hora de conformar las listas legislativas para los comicios nacionales. l