Los principales enemigos en tiempos de crisis son el temor y la desconfianza.
Revertir ese proceso es la mejor fórmula para frenar una mayor desaceleración de la economía.
Basado en ese diagnóstico, el economista Juan Llach, consideró que uno de los principales ejes de
la política económica debería ser mejorar el seguro de desempleo " porque en este momento mucha
gente se abstiene de consumir por temor a perder el trabajo", reflexionó.
Invitado por el Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, Llach
pronosticó una "desaceleración del crecimiento de los países emergentes bastante marcada", aunque
con la chance de una rápida recuperación. "Los emergentes hasta ahora son los que le han puesto el
piso a la crisis", sentenció el economista para quien la reacción internacional frente a las
turbulencias estuvo demorada y aún no encuentra un acción coordinada.
—Dentro de esta fase de agudización de la crisis internacional a partir de septiembre
cuando empiezan las grandes caídas ¿el actual escenario marca un piso o las caídas pueden
seguir?
—Es probable que las Bolsas hayan tocado un piso en
el exterior y quizás las commodities también. Es decir, un Dow Jones de 8.000 puntos, una soja de
320 dólares y un petróleo cerca de los 50 dólares. Esto sería importante, porque el principal
enemigo a nivel global es la deflación. Por otro lado, las autoridades de los países desarrollados
y los organismos internacionales están actuando más activamente que antes. Creo que se demoró mucho
en reaccionar respecto de la crisis. Ahora los veo jugando un papel más activo, tanto al gobierno
de Estados Unidos como al FMI, al grupo de los 20, a los países europeos y esto es importante. Para
mi gusto faltaría todavía una acción más coordinada a nivel global. Fue importante además el
paquete que anunció China, un estímulo fiscal equivalente al 8% del PBI durante 2 años, en total
16% del PBI, esto es 1,1% del producto bruto mundial. Y también, aunque se demoró un poco, lo veo
reaccionando bien al presidente electo de EEUU, (Barack) Obama, con el nombramiento de su equipo
económico, con el anuncio de querer crear 2,5 millones de puestos de trabajo para 2011 y otros
paquetes de estímulo fiscal. Todo esto está ayudando pero falta todavía una mayor coordinación. Si
lo que se ha hecho hasta ahora se hubiese hecho desde un principio hoy estaríamos mucho mejor. Se
dejó correr demasiado tiempo. Entonces empiezan a venir las malas noticias de la economía real. Con
lo cual, los próximos meses van a ser con días positivos y con días negativos a medida que se
conozcan los datos. El 70% de la economía mundial está en recesión —EEUU, Europa y
Japón— y eso es muy fuerte. Creo que todavía hay alguna chance de que salgamos de esto en una
V, con una caída bastante profunda pero con un rebote bastante rápido, es decir, que la recesión no
dure más de dos o a lo sumo tres trimestres. Pero para eso es muy importante que haya una mayor
coordinación internacional de las políticas.
—¿Los paquetes de estímulo están yendo en la dirección correcta? Se planteó una
diferencia entre los economistas entre los que proponían actuar sobre los bancos o empresas y los
que decían que era mejor volcar esos recursos a estimular la demanda.
—Lo primero que hay que salvar siempre son los bancos, porque si empiezan
a caer en cadena, como lo sabemos bien en Argentina, se profundiza tremendamente la crisis
económica. Si el salvataje de bancos se hace bien puede terminar costándole cero al Estado e
incluso depararle ganancias. Porque el Estado está comprando activos o está prestando dinero a
otros bancos para que compren a los que están mal y eso, en la medida que se recupere, puede
terminar siendo un balance positivo para el Estado. Lo que creo que se demoró más y recién ahora
empieza a ocurrir es la ayuda al sector real de la economía, a través de la política fiscal. En ese
sentido rescato la decisión sin precedentes de la Reserva Federal de EEUU de asistir directamente
con un total de 800 mil millones de dólares a los activos hipotecarios de las compañías de vivienda
y de crédito de consumo y tarjetas de crédito, o sea a la economía real. Además está muy activo el
Fondo Monetario Internacional porque los países emergentes hasta ahora son los que le han puesto el
piso a la crisis. Si los principales países emergentes se hubieran caído hoy el Dow Jones valdría
4.000 o 5.000 puntos. De esto se dieron cuenta los países desarrollados y por eso empezaron con
acciones. Una que nunca había ocurrido antes que fue la FED le dio líneas de pase cambiario por 30
mil millones de dólares cada uno a los bancos centrales de Brasil, México, Corea del Sur y
Singapur. Además, el FMI en noviembre tuvo préstamos récord en su historia por 42.000 millones de
dólares y asistió a cuatro países y otros cuatro que están en la lista de espera. Los países
desarrollados percibieron que si se empezaban a caer los emergentes realmente el problema se iba a
agravar muchísimo. Entonces, creo que lo de salvar a los bancos está bien. El problema es que hubo
lentitud en lanzar programas de política fiscal ya sea mejorar un seguro de desempleo, aumentar el
gasto público, las obras públicas, etcétera. Esto recién está empezando pero se demoró más de la
cuenta. Obviamente los países emergentes no podemos no sufrir con esto. Va a haber una
desaceleración del crecimiento de los emergentes bastante marcada, algunos más que otros. Va a
haber grandes diferencias entre unos y otros. Por eso creo que tenemos chance de la salida en V
pero esto requiere pasos adicionales que se están empezando a dar.
—En el caso de los emergentes ¿qué regiones pueden resultar más afectadas?
—Los países que dependen mucho de la exportación de commodities y que
tienen una posición financiera menos sólida van a sufrir mucho. Por ejemplo, algunos países
asiáticos que dependen mucho de la exportación. Otros se salvan por su tamaño y van a sufrir menos,
como el caso de China. Todos los países emergentes devaluaron sus monedas. La Argentina es una de
las poquísimas excepciones. Es más débil porque no hubo un ahorro previo y hubo una inflación
—que si bien está bajando bastante— era alta como para poder hacer una devaluación del
estilo del que en realidad debería hacerse, porque cuando hay un shock externo de esta naturaleza
la devaluación es un recurso necesario.
—¿Es probable que con un nivel de inflación en baja la política cambiaria se pueda
revisar?
—La inflación, si uno toma por ejemplo la provincia de San Luis en los
tres últimos meses y la anualiza, da el 10,5%. Venía de niveles cercanos al 28% anual, con lo cual
es muy fuerte la desaceleración de la inflación. Esto es lógicamente vinculado a la caída del
precio de los commodities, más la desaceleración de la economía. En cuanto a política cambiaria,
creo que se optó por un esquema gradualista y milimétrico de ir corrigiendo el tipo de cambio muy
gradualmente. Hay otras cosas parecidas que podrían hacerse, como eliminar las retenciones a las
exportaciones industriales que muchas pagan el 5 ó 6%. Es decir, hay muchos recursos que se podrían
usar para mejorar la competitividad. Y lo otro, mejorar mucho el seguro de desempleo, porque en
este momento mucha gente se abstiene de consumir por temor a perder el empleo. Si hubiera un seguro
de desempleo, aunque sea temporario por uno o dos años, muy generoso y amplio, eso sería muy
importante porque le devolvería al consumidor parte de la confianza perdida. Es lo mejor que podría
hacerse en materia de política social en la coyuntura. Por supuesto también está bien que el
Ministerio de Trabajo maximice la utilización de los procedimientos de crisis para hacer todo lo
posible dentro de lo lógico para que no haya despidos, pero lo central para mí junto a esto, es lo
del seguro. Quizás no haya que usarlo tanto, pero lo importante es que le saca por lo menos un poco
el temor que tiene la gente de consumir porque sabe que no se va a quedar sin empleo..
—¿Hoy el seguro de desempleo es una herramienta más importante para recrear
expectativas o son mejores aquellas tendientes a ponerle un piso al nivel de consumo por ejemplo a
través de sostener los fideicomisos como hizo la Ansés?
—Todo eso ayuda, pero como estamos en una época mundial y en particular en la Argentina
donde no hay casi nada de crédito público y hay menos recursos fiscales que antes, hay que acertar
muy bien en qué se van a poner. Si yo tuviera que fijarla haría primero lo del seguro de desempleo,
lo explicaría bien a la población para que se quede tranquila en cuanto que se va a hacer todo lo
posible para impedir despidos generalizados y si hubiera algún despido que la gente va a mantener
un ingreso.