El impactante caso de Chiara Páez, la adolescente de 14 años asesinada presuntamente por su novio, de 16, y enterrada en el patio de la casa de éste, sumó ayer un nuevo capítulo al quedar imputados como partícipes necesarios la madre y el padrastro del confeso autor del homicidio.
Así lo dispuso la jueza interviniente, Lorena Garini, tras hacer lugar al pedido formulado por el fiscal que lleva adelante la investigación, Mauricio Clavero, en el marco de la audiencia imputativa realizada ayer. Mientras tanto, está prevista para el lunes, a las 9, otra audiencia donde será confirmada o rechazada la prisión preventiva solicitada para que ambos continúen detenidos.
La magistrada imputó tanto a Carolina V., de 34 años, como a su concubino Carlos C., de 43, con la calificación penal de homicidio agravado por el vínculo, femicidio y aborto no consentido por la víctima en calidad de partícipes necesarios, al tiempo que el lunes deberá resolver si mantiene o no la privación de la libertad.
Según pudo saberse, durante la audiencia, los defensores oficiales de los imputados pidieron saber cuáles eran las evidencias en contra de sus representados, pero no tuvieron respuestas. No obstante, y aunque no fue confirmado, fuentes cercanas a la investigación indicaron que en la audiencia prevista para el lunes el fiscal presentaría como prueba clave para argumentar su planteo de prisión preventiva los rastros de sangre encontradas en las prendas de vestir secuestradas en el dormitorio de la pareja, aunque aún se ignoran los resultados de la pericias que determinarán si es compatible con el grupo sanguíneo de la víctima. Y a ello se sumarían otros elementos no menos relevantes para justificar la medida solicitada.
Para el fiscal de Rufino la pareja fue partícipe de un homicidio agravado por el vínculo y femicidio, previstos en los incisos 1, 11 y 12 del artículo 80 del Código Penal para quienes causen la muerte de "su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia, a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género", y "con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación".
Con respecto al la imputación de aborto no consentido, La Capital intentó ayer por la tarde, y sin éxito, comunicarse con Clavero y con el fiscal regional Alejandro Sinopoli para conocer el alcance de esta figura legal. No obstante, especialistas consultados por este diario explicaron que no necesariamente la imputación implica que la práctica abortiva haya sido realizada, sino que surgiría como consecuencia del asesinato de una mujer embarazada, máxime si la golpiza que causó su deceso fuera justamente su estado de preñez. Datos extraoficiales dieron cuenta las últimas horas de que el joven habría confesado que golpeó a la chica porque no quería abortar. Y el fiscal regional ya había manifestado que el embarazo de ocho semanas "pudo ser un motivo" del crimen. Pero todo esto deberá ser dilucidado por el fiscal Clavero, seguramente en la audiencia del lunes.
En cuanto al chico, tampoco hubo información oficial respecto de su situación procesal, pero por tener 16 años ya es menor punible, es decir, que le cabe la imputación de homicidio y el proceso judicial, aunque si se lo declarara penalmente responsable (para la Justicia la confesión no es suficiente) el régimen penitenciario es diferente.
Momentos de tensión. La pareja incriminada, que cuenta con el patrocino legal de la defensoría pública oficial, se abstuvo a declarar en el marco de la audiencia imputativa desarrollada en el mismo edificio donde funciona el Ministerio Público de la Acusación de Rufino, lo que concitó una fuerte atención mediática.
Al culminar la audiencia los imputados fueron insultados por un grupo de vecinos que se agolpó cerca del recinto mientras salían del lugar con custodia policial para ser trasladados nuevamente a la Alcaidía de Melincué, donde se encuentran alojados.
"Se vivieron momentos de tensión porque al quedar la puerta abierta hubo gente que logró entrar al hall contiguo a la sala de audiencias y descargó su bronca insultando a los imputados, aunque los disturbios no pasaron a mayores", indicaron testigos que presenciaron lo sucedido.
Chiara Páez fue hallada la noche del domingo pasado muerta y enterrada en la casa de su novio, Manuel M., donde residía con los dos imputados y los abuelos, quienes también fueron detenidos pero luego liberados al no hallarse elementos suficientes como para acreditar su participación en el crimen. El joven confesó haberla matado, y dijo que actuó solo, pero esto no convenció a los fiscales, quienes además notaron grandes inconsistencias en su discurso en cuanto a la mecánica del asesinato cuando se hizo la reconstrucción del hecho. Además, entre otras posibles pruebas, los investigadores encontraron en la habitación de la madre y el concubino de Manuel prendas con manchas compatibles con sangre, algo que podría ser clave a la hora de acreditar su participación en el homicidio.