"Los ojos de Graciela Borges" es el nombre con el cual se rinde homenaje a la
actriz a partir de mañana en el cine El Cairo (Santa Fe 1120). "Rosario para mí es un lugar en el
mundo que siempre extraño y quiero", dijo la intérprete sobre el homenaje en el que se exhibirán
cuatro filmes que protagonizó bajo la dirección de reconocidos realizadores argentinos y que es
organizado por el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia.
El ciclo, con entrada gratuita y en cuya inauguración estará presente Borges,
comenzará mañana, a las 20, con "Las manos", de Alejandro Doria. Pasado mañana, a las 23, se
exhibirá "El dependiente", de Leonardo Favio; el sábado, a las 22.15, "La Ciénaga", de Lucrecia
Martel, y el domingo, a las 22.40, "El infierno tan temido", de Raúl de la Torre.
—¿Qué significado le da a este homenaje?
—Rosario para mí es un lugar en el mundo que extraño y quiero. He sido muy
feliz a través de muchos años por circunstancias profesionales y privadas. Tengo familia y amigos
entrañables. Fui a trabajar. También la tengo ahí a Rita Cortese, a quien adoro y que está
trabajando con actores (en El Gimnasio Teatral). Creo que es una gran ciudad donde hay mucha
cultura, garra y diversión en el más profundo de los sentidos. Hace poco pusieron mi nombre a un
cine de una parte muy humilde del conurbano y me emocioné mucho. Estas cosas le pegan a uno en el
corazón que es el único sitio donde somos nosotros mismos.
—El ciclo incluye a directores consagrados aunque usted suele ser parte de óperas
prima. De hecho "La ciénaga" fue el primer largometraje de Lucrecia Martel...
—Me gustan los chicos nuevos porque seguramente toman de mí algo y yo tomo
todo lo distinto. Es bueno trabajar en lo que uno no conoce. En la vida todos son maestros por eso
cuando hago un programa de radio como "La Borges en casa" los que llegan siempre son maestros.
Siempre uno aprende algo hasta de aquellos con los que uno parece que no les pasara nada.
—¿Qué relación hay entre el esfuerzo de filmar y la repercusión a veces despareja en
la taquilla?
—Ellos tienen tanta pasión que no están esperando el resultado. Creo que
hay que hacer lo mejor posible sin esperar los resultados, como pasa en la vida. Hay que tener
cuidado también porque algunos se deliran y hacen películas para sí mismos y no se pueden hacer
películas sólo para uno. Me parece que habría que pensar en el lindo, entre comillas, público que
ve películas sensibles e inteligentes, aunque fueran raras.
—¿Cómo fue rodar junto a un capocómico como Antonio Gasalla en "Dos
hermanos"?
—Antonio es extraordinario. Es un trabajo perfecto, durísimo el que hizo.
El siempre está acostumbrado a hacer de hombres curiosos o de mujeres esotéricas y esas cosas
rarísimas, locas. Pero acá hace un trabajo de un hombre sometido, muy inteligente y súper sensible,
con una hermana con la que tienen una simbiosis enorme, una mujer totalmente desbordada, loca, que
por momentos te hace reír y por momentos me imagino que te emocionará.