Más de 39 grados de temperatura, una sensación térmica que llegó a 46,1 y un alerta meteorológico que se venía renovando en las últimos días, trajeron sus consecuencias. No sólo cortes de luz y agua, sino también un aumento de las consultas en el sector privado por síntomas vinculados a las altísimas marcas registradas a lo largo de toda la madrugada y el día, como son náuseas, vómitos, diarrea y cefaleas, entre otros.
Las autoridades del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) indicaron que no se registraron casos de golpes de calor en la vía pública, pero insistieron en las medidas de prevención que deben tomarse sobre toda la población y, especialmente, sobre lactantes y adultos mayores.
“Con la persistencia de las altas temperaturas y la reiteración de las recomendaciones, se percibe una mayor conciencia de la gente”, indicó Federico Cornier, titular del Sies.
Fue sin duda uno de los días más calurosos del año en una semana donde las temperaturas no dieron tregua.
El escenario se repitió en gran parte del país, e incluso en Mendoza las altas temperaturas se cobraron la vida de cuatro personas (ver Información General).
En Rosario, con mucho menor impacto, el calor repercutió en las consultas domiciliarias que el sistema privado de salud recibió en los últimos días.
Consultas. El auge en el número de consultas domiciliarias por síntomas compatibles con un golpe de calor fue confirmado desde la empresa Emergencias (435-1111).
En esta empresa no sólo indicaron que el número de consultas diarias, que actualmente alcanza un promedio de 700 llamados, supera la media de otros veranos, sino que además la demanda durante los primeros tres días de esta semana se incrementó en un diez por ciento.
El médico del servicio Carlos Didier explicó que “el incremento de las consultas no es constante”, pero indicó que “hay días e incluso franjas horarias donde este tipo de consultas tienen pequeños picos”.
Sobre el perfil de los pacientes, señaló que “es de lo más variado”, pero detalló que “se trata fundamentalmente de personas adultas”.
Los síntomas, en la mayoría de los casos, “son náuseas, vómitos, diarreas y cefaleas”, y sólo en los casos más graves y esporádicos se presentan casos de fiebre y dolores abdominales.
Prevención.Por su parte el director del Sies indicó que las intervenciones realizadas en la vía pública por el sistema municipal no pueden atribuirse a la ola de calor.
Sin embargo, el médico volvió a recalcar cuáles son las medidas de prevención que debe tomar toda la población y principalmente el grupo de mayor riesgo, que está conformado por los lactantes y adultos mayores.
“Insistimos en que la gente debe intentar mantenerse en lugares frescos y ventilados y tomar mucho líquido. Las madres deben ofrecerle la teta a los lactantes frecuentemente y agua a los adultos mayores, vestirse con ropas claras y lo más cómodo posible. También es imperioso comer poco y bien liviano”, enumeró Cornier.
Sobre la respuesta de los rosarinos, consideró que “ante la persistencia del calor hay una mayor conciencia, la gente se protege más, evita salir a la calle en la medida de lo posible y toma más precauciones. Precisamente eso es lo que hay que hacer”, destacó.
Así, Rosario atraviesa el verano más caluroso del último medio siglo y sus efectos empiezan a sentirse en la salud de la población. Es fundamental estar atentos a los primeros síntomas.