Crece en los hospitales la atención de jóvenes víctimas del alcohol

Marcada por los festejos, despedidas y los tradicionales encuentros de verano, en esta época del año los hospitales públicos de la ciudad reciben decenas de jóvenes de entre 15 y 22 años en avanzado estado de ebriedad. Esta conducta se percibe principalmente los fines de semana —viernes, sábado y domingo durante la madrugada—, cuando salen de los boliches bailables y locales de esparcimiento. Desde el Ministerio de Salud de la provincia advirtieron que el consumo de alcohol “es el principal problema en cuanto al uso abusivo de sustancias”, en obvia referencia a las
drogas.
  Si bien algunos especialistas se muestran optimistas respecto a los niveles de concientización y vislumbran mayor responsabilidad frente a los daños por la ingesta de alcohol, para otros la problemática sigue en franco crecimiento y sus consecuencias se tornan alarmantes.
  “El alcohol es el principal problema en la provincia y en el país en cuanto al uso abusivo de sustancias”. La afirmación corrió por cuenta del coordinador de Abordajes Territoriales del Ministerio de Salud de la provincia, Oscar Pellegrini, quien ratificó que “si bien la preocupación por esta situación es todo el año, en esta época hay un aumento del consumo” (ver página 4).

Decenas. La situación se refleja de forma palmaria en los hospitales de la ciudad, donde se reciben de 10 a 15 casos por fin de semana que corresponden a adolescentes y jóvenes fuera de sí, con conductas incoherentes por el excesivo uso de cerveza, vino y mezcla de bebidas blancas.
  “El consumo va en aumento y desde edades cada vez más tempranas. Y ya casi no hay distinción entre sábado, domingo o lunes, y a veces está asociado a la utilización de drogas ilícitas. Atendemos un promedio de 15 a 20 pacientes alcoholizados. La tendencia es creciente y lo llamativo también es que las mujeres han equiparado a los varones en el consumo, principalmente de cerveza, vino y mezclas. También hay que relacionar algunos casos con violencia o episodios de suicidio”, detalló Vanina Thimental, jefa de guardia de turno del hospital Roque Sáenz Peña.
  Sin embargo, en el Hospital Provincial notan datos más positivos: “Contrariamente a lo que se observa, pareciera que los chicos van tomando conciencia. Igual hay que corroborarlo con las estadísticas y el cruce de información entre epidemiología y accidentología. Hay que continuar haciendo prevención con políticas municipales y provinciales”, indicó el director del efector, Pietro Belletich.
  A su vez, el Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) realiza por lo menos diez atenciones por fin de semana de borracheras en la vía pública. “Es algo que pasa habitualmente para esta época del año, los fines de semana y vísperas de feriados. Por suerte no todos los casos requieren derivaciones o internaciones a centros de salud”, dijo el director del servicio, Juan
Becerra.

Crece. En el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), referente sanitario de la región, no son tan optimistas. Su director, Néstor
Marchetti fue preciso. “Para nosotros las cifras no han decrecido, la impresión es que esto no ha cambiado, principalmente los fines de
semana”.
  El médico ratificó que ha descendido la edad de las personas que se entregan al consumo desmedido de alcohol. “Es a partir de los 14 o 15 años y muchas veces las mujeres equiparan a los varones en la ingesta”.
  Esa visión es compartida desde el Hospital Centenario que, en virtud de su ubicación geográfica (Urquiza y Francia) y gracias a su cercanía con las zonas donde se aglutinan boliches y locales nocturnos, lleva un promedio de 15 atenciones por alcoholismo los fines de semana.
  “Es una constante en esta época y básciamente sobre el fin del año. Se nota un poco más viernes, sábado y domingo. Esta tendencia está aumentando desde hace varias temporadas. El rango etario está entre los 15 y 22 años”, reflejó la directora de la institución, Liliana
Gastaldi.
  Recordó que antes se veía que las personas alcoholizadas tenían más de 25 años. “Ahora son chicos de 15 años. Hay una cuestión social de trasfondo, que no es limitante de las clases bajas. Hay fácil acceso a las bebidas y además se pone de manifiesto la cuestión cultural: parece que consumir es parte de la diversión”, remarcó la
profesional. l