La directora gerente del Fondo Montetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se mostró en contra de conceder a Grecia una prórroga para el pago de su deuda, mientras la Comisión Europea cuestionó a Atenas por el lento avance de su programa de reformas y desechó un posible acuerdo en la próxima reunión del Eurogrupo. La situación de Grecia sigue así en la cuerda floja, con el fantasma de un default que aumenta cada día. Europa y el FMI han prestado casi 240.000 millones de euros a Grecia desde que estalló su crisis en 2010. Ayer hubo una fuga masiva de papeles de deuda de Atenas. El interés que paga la deuda griega saltó al 28%, un nivel nunca visto en la Unión Europea.
“Ese no es claramente un procedimiento que recomendaría en la actual situación”, dijo Lagarde antes del inicio de la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial (BM) en Washington. Lagarde dijo que permitir que un país pague sus deudas más tarde de lo acordado equivaldría a la concesión de un crédito adicional por la comunidad internacional. La directora gerente reaccionó así a una nota del Financial Times, que afirma que Atenas habría solicitado al FMI retrasar sus plazos de deuda a punto de vencer. La publicación causó una hecatombe en los mercados de deuda europea.
Los acreedores de Grecia, el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la llamada “troika” exige las reformas como condición para liberar un tramo del rescate aún pendiente por valor de 7.200 millones de euros. Entre las medidas están la lucha a la evasión fiscal y la privatización de puertos y aeropuertos. “Ninguna economía desarrollada nos pidió una prórroga en los pagos”, afirmó Lagarde. Agregó que hace más de 30 años el Fondo permitió a un país en vías de desarrollo un aplazamiento en sus pagos, y “no salió bien”. En mayo próximo Atenas tiene que pagar dos vencimientos por 1.000 millones de dólares (930 millones de euros).
La crisis griega amenaza con ensombrecer la conferencia anual del FMI y el BM en Washington. El ministro de Finanzas griego, Gianis Varoufakis, se reunió ayer con el presidente estadounidense, Barack Obama, en la Casa Blanca.
Grecia y su gobierno están cada vez bajo mayor presión por sus lentos avances con las reformas requeridas por sus acreedores internacionales, la “troika” formada por el BCE, el FMI y la UE, que le han prestado casi 240.000 millones de euros desde 2010. Ayer Grecia también fue criticada en duros términos por la Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE. “En este momento no estamos satisfechos con los avances realizados”, dijo en Bruselas un portavoz. En el encuentro de ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) en Letonia, la semana próxima, se hará “un inventario” de la situación, pero no se tomarán decisiones. “Para conseguir un acuerdo de los ministros de Finanzas el 24 de abril necesitamos más progreso del que tenemos actualmente”, añadió. De esta forma, quedó pospuesta una decisión sobre las futuras ayudas a Atenas.
Atenas continúa en busca de fuentes de dinero en el propio país. El gobierno evalúa un decreto que obligaría a todas las instituciones estatales y públicas a transferir sus fondos al banco central. Con esos fondos se pagarían las deudas pendientes el mes que viene.
Mercados en alerta. Para los mercados, la deuda de Grecia está al borde del abismo. La fugade inversores disparó el interés del bono a dos años por encima del 28%, un nivel récord. Las ventas no se limitan a los títulos a corto plazo, los más expuestos a un riesgo de default. El bono a cinco años supera el 19%, y a diez años se sitúa por encima del 13%. El resultado es una nueva escalada de la prima de riesgo de Grecia, cerca de los 1.300 puntos básicos.
En tanto, en Atenas, trabajadores de una mina de oro del norte de Grecia y sus partidarios marcharon por el centro. Es el desafío laboral más significativo al que se enfrenta el nuevo gobierno de Syriza desde que fue elegido en enero pasado. Los mineros temen perder su empleo porque el gobierno se ha enfrentado con la mina, de propiedad privada, por motivos ambientales y financieros.