Londres.- El periódico más vendido de Gran Bretaña, el sensacionalista News of the World, salió ayer a las calles por última vez, después de desatar un escándalo sin precedentes por haber pinchado teléfonos durante años para sus investigaciones. El caso, con numerosas ramificaciones políticas, también podría costarle al zar de los medios Rupert Murdoch, dueño del News y otros diarios británicos, un lucrativo negocio de radiodifusión. El primer ministro conservador David Cameron está cada vez más presionado para detener la oferta de Murdoch de comprar el mayor canal de cable del país, BSkyB.
La empresa de Murdoch, News Corporation, hizo una oferta para adquirir la totalidad de BSkyB, del que ya posee un 39 por ciento, en una operación vista con reticencia en círculos políticos y mediáticos, porque supondría un cuasi monopolio para el grupo del magnate australiano.
Al Parlamento. El líder opositor Ed Miliband, jefe de los laboristas, dijo ayer que llevaría el asunto a una votación parlamentaria esta semana si Cameron no actuaba. "Debe dejar en claro que la operación de BSkyB no puede seguir adelante hasta que la investigación (sobre las escuchas ilegales del News of the World) esté terminada", indicó Miliband a la cadena BBC.
La presión también venía de miembros del socio menor de la coalición de gobierno, los liberales demócratas, que suelen tener una relación menos cercana con Murdoch.
El segundo líder de los liberales demócratas, Simon Hughes, dijo que estaría preparado para apoyar el llamado de los laboristas para que el acuerdo sea pospuesto y llamó a otros liberales demócratas a seguirlo, creando el escenario para una gran prueba a la unidad de la coalición.
News Corporation, el mayor conglomerado informativo del mundo, ofreció pagar 14.000 millones de dólares por el 61 por ciento del rentable BSkyB, que todavía no está en su poder. Analistas opinan que Murdoch decidió sacrificar al News of the World, un periódico con 168 años de historia, para no perder el negocio de la TV por cable.
Sin embargo, el escándalo que causaron las escuchas ilegales del News of the World -las cuales afectaron a menores desaparecidos, familiares de víctimas de los atentados de 2005 en Londres y parientes de soldados muertos en Afganistán- parece lejos de agotarse con el cierre del tabloide, el primer periódico británico que Murdoch compró en 1969.
"Dentro de la ley". Cameron ordenó una pesquisa liderada por un juez sobre las acusaciones de escuchas telefónicas, pero hasta el momento se ha resistido a los llamados a terminar con el intento de Murdoch por comprar BSkyB.
El secretario de Transporte, Philip Hammond, dijo ayer que entendía la preocupación pública respecto a una expansión del imperio de Murdoch, pero que el gobierno debía operar dentro de la ley. "El gobierno no puede cambiar las reglas a mitad de camino. Si lo hiciéramos, indudablemente seríamos llevados a la corte y probablemente perderíamos", dijo a Sky News.
Desde un principio el gobierno de Cameron se vio comprometido en el escándalo de las escuchas. Andy Coulson, un ex directivo del News of the World, fue jefe de prensa del primer ministro. También la poderosa Rebekah Brooks, quien dirigió el tabloide y ahora es consejera delegada de News Internacional -la rama británica de News Corporation- es bien conocida por su amistad con Cameron. Políticos de la oposición han exigido que Brooks sea removida de su cargo.
Encubrimiento. Mientras tanto, los cadáveres escondidos en los armarios de News International comienzan a aparecer. La empresa editora del News of the World encontró en 2007 unos 300 mails que demostraban que las prácticas corruptas en el seno del periódico no se limitaban al periodista Clive Goodman, quien junto a un detective privado había sido encarcelado por pinchar miles de celulares.
Sin embargo, esos mails no fueron entregados a la policía hasta el 20 de junio de este año. El autor de la información, el jefe de economía de la BBC Robert Peston, dijo que estos mails eran la prueba definitiva que puede dejar patente el encubrimiento cometido por los directivos de la empresa.
La revelación coincidió con la llegada de Murdoch a Londres para asumir la dirección de la crisis. El magnate pasó ayer por las oficinas del News of the World, pero no hizo ninguna declaración pública. Después se reunió con Rebekah Brooks, considerada como su gran protegida.