El cantante Andrés Ciro Martínez y su banda Los Persas cerraron la última fecha de la 13ª edición de Cosquín Rock con un show que hizo vibrar a una multitud rodeada del hermoso paisaje de Santa María del Valle de Punilla.
El cantante Andrés Ciro Martínez y su banda Los Persas cerraron la última fecha de la 13ª edición de Cosquín Rock con un show que hizo vibrar a una multitud rodeada del hermoso paisaje de Santa María del Valle de Punilla.
Las banderas, que habían estado dispersas a lo largo del Aeródromo durante el día, se posicionaron frente al escenario principal, e izadas de un lado a otro aguardaron la salida de la gran banda encargada de clausurar el festival más rockero de la zona.
Junto a Los Persas, Ciro interpretó un variado repertorio que incluyó un recorrido por los temas de su discografía y canciones de su antigua etapa junto a Los Piojos.
Con un volumen abrasador, la actual formación del ex vocalista de Los Piojos rompió con los esquemas ni bien asomó al escenario y demostró estar a la altura de las circunstancias.
Durante más de una hora, el rock y la mixtura de otros estilos como el blues, el reggae, el funk, el tango y el candombe, característicos de Los Persas, hicieron vibrar a un Aeródromo repleto.
La nostalgia del antiguo ritual piojero apareció por primera vez sobre el tablado cuando Ciro interpretó "María y José". El tema "Antes y después" también marcó un momento clave en la noche.
La canción "Ruleta" marcó un reencuentro entre el ex bajista de Los Piojos y actual líder de La Que Faltaba, Miguel Angel Rodríguez y Ciro, conmoviendo nuevamente al público nostálgico que de todas formas, no se privó de saltar.
La lista de temas se completó con otro tema de Los Piojos, "Canción de cuna", y demás clásicos de Ciro y Los Persas como "Astros", "Vas a bailar" y la esperada "Mirenla", entre otros.
Babasónicos y La Vela. Antes, Babasónicos y La Vela Puerca hicieron palpitar a más de 40 mil personas. Pasadas las 21, la siempre alegre banda uruguaya subió al escenario y le regaló a un joven público, apasionado y multitudinario, 22 canciones que hicieron de la noche una fiesta rockera sin comparaciones.
La Vela Puerca, banda de rock con toques de reggae y ska, ofrecieron un recital impecable y potente que contó con buenas canciones como "Haciéndose", "Y así vivir", "Colaboré", "Sobre la sien", "Todo el karma" y "La teoría".
El público hizo notar su presencia cuando el octeto comenzó a desgranar los acordes de "Zafar" y los decibeles aumentaron notablemente con el reflexivo tema "Un frasco", que aunó, en un microclima recitalero, la totalidad de las voces allí presentes.
La fuerte y consolidada banda de fusión eligió otro clásico para cerrar su espectáculo; la canción "El profeta" generó una locura generalizada, situación que se tradujo en saltos efusivos y enérgicos bailes entre banderas y banderines que flameaban en el aire.
Luego fue el turno de la aclamada banda de rock y pop Babasónicos, que pisó el escenario minutos después de las 23 y enloqueció al Aeródromo con un repertorio que incluyó clásicos históricos y temas más modernos.
Con un público diferente, menos efusivo pero no por eso menos feliz y de todas las generaciones, el grupo liderado por el cantante Adrián Dargelos inició su recitgal con "El baile de Odin".
"Los calientes", otro clásico histórico, revolucionó el predio y con un gran despliegue y precisión sobre el tablado, el quinteto impresionó con las interpretaciones de "Aduana de palabras", "Cuello rojo" y "Fiesta popular". La euforia y la fiesta se pronunció aún más con un bloque bolichero liderado por las tradicionales y movidas "Y qué", "El ídolo", "Desfachatados" y "Putita".
Raly, cinco temas y una protesta
El folclorista Raly Barrionuevo marcó el eclecticismo en la tercera y última tarde del Cosquín Rock. Con una excelente presentación, el guitarrista santiagueño -uno de los artistas denominados folclore joven- realizó cinco interpretaciones que dejó sediento a un predio que se estaba despertando.
Minutos después de las 18, con el ocaso de fondo, Rally subió al escenario y abrió el espectáculo con “Alma de Rezabailes”, “Chacarera del exilio” y su canción “Como el sol”. Raly, que estuvo acompañado por una formación de bajo, batería, percusión, teclado y acordeón, le regaló al público una fusión reggaera con “El sol parece lluvia”. Como broche de oro y cierre de su presentación, entregó una encantadora y moderna versión del poema “Hasta siempre, comandante” del cubano Carlos Puebla, haciendo de su show una fusión de sonidos y emociones.
Mostrando su disconformidad con la organización y excusándose con la gente que pedía un bis, Barrionuevo expresó: “Es que algunos piensan que no somos importantes, así que tenemos cinco temas para tocar”.
Luego del show y en una rueda de prensa dijo que si le daban tres horas “tocaba a morir, pero no alcancé ni a calentar los motores”.