Como en todos los eneros desde hace más de medio siglo, esta noche a las 21.30 los fuegos artificiales volverán a iluminar el cielo de Cosquín y las campanas a vuelo de su iglesia darán la bienvenida al 52º Festival Nacional de Folclore y la fiesta mayor de la música criolla confirmará que es parte indisoluble de la cultura argentina.
Con el himno de Cosquín como fondo se escuchará al locutor Fabián Palacios exclamar el grito tradicional de "¡Aquí Cosquín!". Su voz se confundirá con las explosiones de las bombas y la emoción, como una ola gigantesca, recorrerá la plaza Próspero Molina.
Luego, el maestro de ceremonias Marcelo Simón apelará a su madurada sapiencia y buscará aportar contenidos y fervor criollo a quienes sigan el festival por radio y TV.
En el espacio previo al inicio de la transmisión televisiva que comenzará a las 22.30, se presentarán el Trío Santiago y La Pesada Santiagueña.
La 52ª edición del festival incluye las actuaciones de importantes músicos santafesinos que se concretarán desde esta noche con la presentación del armoniquista rosarino Franco Luciani y su grupo. La figura central de la velada inaugural será Chaqueño Palavecino.
En la primera luna la programación no dejó de lado a los referentes del folclore tradicional y sumó la presencia de Omar Moreno Palacios, crédito de Chascomús de largo recorrido como compositor e intérprete.
Como todos los años, la fiesta no abandonará el hábito de deparar sorpresas. La primera noche incluirá la insospechada visita de Eleonora Cassano, quien fuera la partenaire del retirado bailarín Julio Bocca.
Nuevos valores del género también pasarán hoy por el escenario Atahualpa Yupanqui, como Mariana Cayón y la coplera Mariana Carrizo, quienes alternarán sus presentaciones con las de veteranos, como el jujeño Tomás Lipán y las delegaciones de San Juan y de Ecuador.
Lo que vendrá. El primer fin de semana del festival -que podrá seguirse por La Ocho de Rosario, con el equipo radial que conduce Marcelo Nocetti-, prevé para mañana las actuaciones de Antonio Tarragó Ros junto al historiador Pacho O'Donnell y una selección de jóvenes músicos argentinos, como el jujeño Bruno Arias, el grupo femenino Aymama y Los Núñez con Ruiz Guiñazú.
A ellos se sumarán artistas consagrados en la plaza Próspero Molina como Abel Pintos, Sergio Galleguillo y el histórico músico del norte santafesino Coco Díaz.
El domingo las luces del escenario mayor seguirán los pasos de Jairo. El cantor de Cruz del Eje regresará una vez más a su región natal para ofrecer una selección de canciones de su abultado repertorio.
En la misma noche se presentarán el poeta, músico y periodista mendocino Jorge Marziali junto a la compositora e intérprete entrerriana Marita Londra.
El segmento dedicado al humor estará a cargo del cordobés Cacho Buenaventura, mientras que Luciano Pereyra será el encargado de arrancar suspiros a la platea femenina.
Presencia santafesina. Siguiendo con una vieja y sana costumbre, este año volverán las delegaciones provinciales. La de Santa Fe estará presente el jueves 26. En la ocasión, el actor Matías Martínez, quien protagonizó en Rosario la teatralización de la jura de la Bandera Nacional, volverá a asumir el rol de Manuel Belgrano para tomar el juramento de fidelidad a la enseña patria a todos los presentes. La producción artística del Ministerio de Innovación y Cultura provincial anticipará los festejos por el bicentenario de la creación de la bandera e incluirá la actuación de Soledad.
Difícil equilibrio. Como cada año, los programadores intentan conseguir un equilibrio que conforme al heterogéneo público que nutre al mayor festival de música popular de Latinoamérica. La reiteración convirtió en superadas las largas y tediosas discusiones sobre quién "debe" y quién "no debería" estar en Cosquín.
En esta edición se prevé el regreso de Carlos "La Mona" Jiménez, a 25 años de su frustrado debut en el escenario coscoíno, y es probable que, nuevamente, voces airadas objeten su presencia. Pero Cosquín posee una magia que supera y disimula cualquier desprolijidad. Y en ese carácter de fenómeno cultural quizá se encuentre el secreto de su permanencia.