Litoral Gas cortó el suministro a un edificio de Oroño y Mendoza que cuenta con 190 departamentos. En la concesionaria explicaron que la torre Kennedy se quedó sin gas a raíz de una fuga constatada por personal técnico de la empresa tras una denuncia del propio administrador. Y resaltaron que se repondrá el servicio recién una vez que el consorcio resuelva la avería con un gasista matriculado. A casi un año de la tragedia de calle Salta 2141, son cien las estructuras de la ciudad que carecen del fluido por fallas en sus instalaciones.
El corte se produjo el lunes pasado al mediodía. Agentes de la distribuidora de gas llegaron hasta Oroño y Mendoza para hacer una inspección solicitada por el propio administrador del consorcio y constataron que existía una fuga interna.
"A poco de recibir la llamada del administrador, se hizo el chequeo en el edificio, se constató que había pérdidas internas y se procedió a cortar de inmediato el suministro", precisó a La Capital el gerente de Relaciones Públicas de Litoral Gas, José María González.
El directivo de la firma destacó que la advertencia no partió de un particular, como trascendió inicialmente. "Los vecinos que se mostraron sorprendidos y ofuscados en algunas declaraciones públicas deberían hablar con el administrador, que fue quien hizo la denuncia", insistió.
Desde ayer, los diez pisos con 19 unidades cada uno de la tradicional torre Kennedy no tienen gas. Tampoco la media docena de bares y locales comerciales que están en la planta baja en la ochava. Y los plazos de reposición son un enigma.
Anoche, entre los vecinos sobraba bronca, indignación y molestia. Ocurre que la falta de suministro impacta en la vida cotidiana de casi un millar de personas, en pleno invierno, pese al respiro que vienen dando las temperaturas en estos días.
"Somos estudiantes, no vivimos en Rosario sino en Rojas, provincia de Buenos Aires, y esto nos tomó por sorpresa. Nos dejaron un papelito debajo avisándonos que no cortaron el gas y, de golpe, no tenemos para bañarnos, cocinar y calefaccionarnos", se quejaron Facundo y Lucas.
Agustín Basualdo bajó del departamento de su tío termo en mano. "Voy a buscar agua caliente para unos mates", contó sonriente, tratando de amortiguar las malas nuevas. "El problema es para bañarnos y cocinar. Y nadie sabe cuándo vuelven a reponer el gas", agregó.
Varios vecinos que dialogaron con este diario reconocieron que adquirieron instalaciones eléctricas para salir del paso: desde hornos hasta calefones, pasando por caloventores.
"Pero eso no es garantía de solución porque con tanta demanda energética tal vez salte la térmica y se corte la luz. Vamos a tener que usar esos aparatos con criterio", advirtió una señora.
Otros optaron por irse a la casa de algún familiar con gas o empezaron a averiguar por un alquiler alternativo.
Los inconvenientes alcanzaron a todos los locales comerciales que funcionan en la planta baja, entre los cuales hay dos bares: Nino y Buffete.
"La verdad, esta noticia nos mató: tengo más ganas de tirarme al río Paraná que seguir laburando", se sinceró Edgardo, el propietario del último.
"Nuestras ventas son la mitad de cafetería y la otra mitad de comida. Estamos saliendo de este problema como podemos. Tendremos que comprar equipos eléctricos. Pero ahora estamos complicados", profundizó.
Su colega de Nino sumó su inquietud. "Es todo un tema. El problema, en realidad, es la cantidad de gente mayor que vive en esta torre, mucha gente sola, algunos discapacitados, que sin gas en pleno invierno estarán en problemas. Nosotros tratamos de contrarrestarlo con energía eléctrica", indicó.
"Tendremos que comprar equipos eléctricos porque el gas nadie sabe con precisión cuando puede volver, nadie habló de plazos. Y tenemos que trabajar, atender y pagar a los proveedores y a los empleados", remató.
Alzas en facturas
Los clientes de Litoral Gas comenzaron a recibir las facturas con los nuevos valores a pagar, que implican en muchos casos fuertes subas a raíz de la eliminación de subsidios nacionales al consumo. En la concesionaria aclararon que no recibieron reclamos por aumentos injustificados. Y recordaron que los incrementos son graduales.