Venía de caer en el debut copero en Brasil frente a Botafogo y no le quedaba otra que empezar con el pie derecho su estreno en casa. Y más cuando enfrente estaba un equipo debutante, sin nombre en el contexto sudamericano como Independiente del Valle de Ecuador. Y lo hizo, pero sin sobrarle nada y con algún que otro susto. De todas maneras, en la Copa Libertadores importa menos el cómo y más el resultado porque hay pocas posibilidades de revancha y en ese sentido San Lorenzo dio el paso necesario. Con lo justo, eso sí.
San Lorenzo asumió el protagonismo desde el comienzo, manejó la pelota, pero le faltó fútbol, precisión en los metros finales y además nunca le encontró la vuelta al planteo táctico de Independiente del Valle, que propuso un 4-4-1-1 inflexible.
El conjunto ecuatoriano le cedió campo, dejó que Juan Mercier y Néstor Ortigoza (los que menos saben) manejaran el balón y controló con mucha presión a Ignacio Piatti, Héctor Villalba y Correa (los que más saben). Y le fue bien.
Así, con un planteo simple e inteligente, maniató y desconcertó al equipo del Patón Bauza, que sí tuvo como virtud las proyecciones sistemáticas por las bandas de Julio Buflarini y Emmanuel Más.
Pero eso no le alcanzó, ya que nunca le llegó la pelota limpia a su 9 de área, Mauro Matos, para quebrar la paridad, más allá de su chances de cabeza a los 25'.
Independiente, que no le sobró nada y le costó muchísimo manejar la pelota, fue prolijo y contó con la ocasión de gol más clara de la etapa inicial. A los 38', Armando Solís (que hacía 60 segundos que estaba en el campo) encaró a los dos centrales, los superó y solo frente a Torrico la tiró afuera.
Esa jugada despertó a San Lorenzo, que tuvo tres seguidas en 5 minutos, dos de Matos y uno de Correa. Precisamente, el delantero fue el Angel del gol santo al inicio del complemento, impactando un centro desde la derecha de Villalba.
El equipo de Bauza, con la ventaja, ya no fue el mismo, se dedicó a cuidar el resultado, prácticamente no generó riesgo y hasta estuvo a punto de que le empaten el partido, a los 33 minutos, con un remate de Angulo. Pero eso no pasó y celebró su primera victoria en la Copa Libertadores, el sueño del mundo azulgrana.