La población de Wheelwright, localidad del sur santafesino ubicada a unos 160 kilómetros de Rosario, se vio sacudida y conmocionada ayer por la muerte de una vecina y comerciante conocida y apreciada en el lugar, quien fue hallada con un golpe letal en la cabeza y varios en el cuerpo. La víctima, de 53 años, era dueña de un pequeño maxiquiosco y, según testimonios coincidentes, gozaba del cariño de la gente. El caso es el más grave de una seguidilla de hechos de inseguridad que se vienen sucediendo en la localidad, cuyos habitantes ayer salieron a la calle espontáneamente a repudiar el homicidio y a exigir su pronto esclarecimiento.
Silvia Ciarrocchi atendía el local en su propia casa de Rivadavia y Juan B. Justo, donde apareció muerta ayer por la mañana con un fuerte golpe en la cabeza, que en un principio se creyó que era producto de un disparo. Tenía también lesiones en distintas partes del cuerpo y sobre todo en una mano, al parecer por un golpe con un elemento contundente.
Así fue como la encontró la policía tras el llamado de una vecina alertada por un proveedor de soda. El hombre se alarmó porque la víctima, pese a los timbrazos, no salía a recibir el pedido, mientras que la puerta del negocio estaba entreabierta. La empujó y al ingresar vio el cuerpo de la mujer tendido en el piso, la caja registradora estaba abierta y varios billetes esparcidos en el suelo.
Al llegar al lugar, alrededor de las 8.30 de la mañana, personal de la seccional 9ª de Wheelwright se encontró en el interior de la casa con el cuerpo sin vida de Ciarrocchi, el cual fue trasladado a las 14 a Venado Tuerto para su autopsia, que confirmó que la muerte no se produjo por un impacto de bala, aunque no trascendió qué tipo de arma u elemento se utilizó. Trabajó en el lugar la policía científica del departamento General López.
Heridas. La jornada estuvo signada por la falta de datos oficiales, y ante la ausencia de los resultados de la autopsia, que llegaron a la noche, se tejieron distintas especulaciones. Una de ellas hablaba de un disparo que había ingresado por la nuca y salido por la frente de la víctima, y que por eso se había hablado en principio de dos disparos.
También circuló ayer la versión de que los investigadores forenses habrían recolectado muestras de cabello aparentemente hallado en las uñas de la víctima, que fue vista por última vez a las 21.30 del miércoles. Es por ello y a partir de las condiciones del cadáver que se estima que el homicidio se habría producido entre esa hora y las 23 de esa noche. Otro dato que abonaba esta hipótesis fue que Silvia siempre guardaba su bicicleta adentro de la casa, y que esa noche el rodado permaneció afuera.
Matías Merlo, el fiscal de Melincué que interviene en la causa, dispuso anoche tres allanamientos en la localidad, aunque al cierre de esta edición se desconocía si se habían hecho efectivos ni cuáles fueron sus resultados. .
Vecinos. En este clima, un grupo de unos 70 vecinos se manifestaron a las 15 frente la comisaría de calle Moreno 206, frente a la plaza San Martín, para pedir el pronto esclarecimiento de la muerte de la comerciante y para que se tomen medidas que garanticen la seguridad de la población, no sólo por este grave episodio, sino a raíz de una ola de robos que tiene atemorizados a los pobladores y por la cual algunos ya están instalando alarmas, mientras que otros optan por estar armados.
Sin éxito, el presidente comunal Daniel Peralba intentó calmar los ánimos de los manifestantes, que conforme pasaban las horas cobraban más enojo e impotencia. Anoche, incluso, circuló que se estaban organizando para realizar una nueva marcha y más numerosa frente a la dependencia policial y amenazaban con "prenderle fuego".
"Me arrimé a dar la cara en este tema tan delicado y para pedir a la gente que conserve la calma, que la investigación está en curso. Yo sé que los ánimos no están para esperar, pero es necesario llamar a la tranquilidad y explicar que no se gana nada con romper un despacho policial ni con actuar por la fuerza propia", dijo el mandatario local, y anunció que hoy se reunirá con el secretario de Seguridad, Raúl Lamberto, "para plantearle nuestra inquietud y tomar las medidas necesarias", dijo.
Silvia Ciarrocchi vivía sola y sus dos hijos residen en Rosario. Por la noche atendía su maxiquiosco con la puerta cerrada con llave y a través de una ventanilla, por lo que algunos estiman que habría conocido a el o los agresores y por ello los dejó entrar. Su trágica muerte deja entre los vecinos de Wheelwright una profunda consternación.