El ex dictador Jorge Rafael Videla, que purga varias condenas a perpetuidad por crímenes de lesa humanidad, dijo ser un "preso político", al negarse a declarar en el nuevo juicio por los crímenes cometidos en el marco de la Operación Cóndor.
El ex dictador Jorge Rafael Videla, que purga varias condenas a perpetuidad por crímenes de lesa humanidad, dijo ser un "preso político", al negarse a declarar en el nuevo juicio por los crímenes cometidos en el marco de la Operación Cóndor.
El genocida, de 87 años, caminó con suma dificultad unos cinco metros hasta el banquillo de los acusados sólo para desconocer la jurisdicción del Tribunal Oral Federal 1 para juzgarlo.
Luego de aclarar que no iba a declarar ni a contestar pregunta, Videla argumentó su decisión. Y al igual que en otras causas, insistió en que debería ser juzgado por un tribunal militar y no uno civil. "Este tribunal carece de competencia y jurisdicción para juzgarme", sostuvo.
Dijo que los delitos por los que se lo juzga ahora, cometidos en el marco del plan de cooperación represiva entre las dictaduras de la región, eran "cosa juzgada" desde 1985, en el Juicio a las Juntas militares.
Videla está alojado en pabellón de condenados por delitos de lesa humanidad en el penal de Marcos Paz, cuya unidad sanitaria, según relató, determinó que está en condiciones de declarar pese a su visible deterioro motriz.
Leyendo lentamente un memorando durante diez minutos, Videla dijo asumir "íntegramente" la responsabilidad por los delitos cometidos por sus subordinados durante la "guerra antiterrorista".
"No tiene sentido hacer una defensa en una Justicia vacía de derecho", dijo Videla.
Homenajearon a Carlón Pereyra Rossi
El dirigente montonero Eduardo Pereyra Rossi fue homenajeado ayer en el cementerio de La Plata, donde descansan sus restos, al cumplirse 30 años de su secuestro y asesinato a manos de la dictadura cívico-militar en Rosario.
Durante el acto, organizado por la fundación Germán Abdala, estuvo presente el secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Guido Carlotto; junto a Juan Martín Griffo, sobrino de Pereyra Rossi y militante del Movimiento Evita de La Plata; el líder de esa agrupación, Emilio Pérsico; el diputado nacional y dirigente del movimiento Oktubres, Gastón Haruspe; y la diputada nacional del Frente para la Victoria de Misiones, Julia Perie.
Eduardo Pereyra Rossi, el Carlón, tenía al momento de su muerte 33 años y era miembro de la conducción nacional de Montoneros.
El 14 de mayo de 1983, Pereyra Rossi estaba con el dirigente montonero Osvaldo Cambiaso en el bar Magnum, de Rosario, cuando fueron secuestrados en un operativo por efectivos del I y II Cuerpo de Ejército.
Fueron sacados del bar con la boca amordazada, a la rastra, por el suelo, con la cara hacia el piso, y los metieron en una camioneta.
Tres días después, Cambiaso y Pereyra Rossi aparecieron baleados en Lima, partido de Zárate, con signos de haber sido torturados y golpeados antes de morir.
Ese mismo día, la dictadura anunció que habían sido “abatidos en un enfrentamiento” con un grupo de policías encabezados por el ex subcomisario Luis Abelardo Patti, condenado en 2008 por crímenes de lesa humanidad.
Empresarios secuestrados. El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata juzgará desde hoy a dos ex policías acusados de secuestrar y aplicar tormentos a los hermanos Alejandro, Carlos y Rodolfo Iaccarino, quienes también sufrieron la apropiación de sus bienes, durante la última dictadura cívico-militar.
Se trata de Bruno Trevisán y Jorge Rómulo Ferranti, quienes se desempeñaban como jefe y subjefe, respectivamente, de la Brigada de investigaciones de Lanús, con sede en Avellaneda, donde funcionó el centro clandestino de detención El Infierno. Los delitos por los que serán juzgados son los de extorsión, privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos.