El kirchnerismo logró finalmente durante la madrugada de ayer la aprobación en Diputados de la reforma del Consejo de la Magistratura en una sesión que terminó en escándalo, entre denuncias de la oposición por "fraude", discusiones y forcejeos entre los legisladores.
Además, tras una maratónica sesión y luego de que la mayoría de los bloques opositores abandonaran el recinto, se convirtieron en ley los límites a las cautelares y la creación de tres cámaras de casación, aunque hubo ayer contactos entre todas las fuerzas no kirchneristas y varias ONG para llevar las reformas a la Justicia.
Ahora, el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, que establece la elección popular y la suba de los miembros de 13 a 19 —y que fue modificado luego de un pedido de la Corte Suprema para conservar la administración de los recursos y el personal— volverá al Senado para ser ratificado y así convertirse en ley.
Al acercarse el momento de la votación, el clima entre el oficialismo y la oposición se puso más rígido y explotó a las 5.35, poco después de la definición en general, en la que el Frente para la Victoria obtuvo 130 respaldos contra 123 rechazos.
En momentos en que había dudas sobre la aprobación con mayoría absoluta (129 diputados) del artículo 18 —referido a la cuestión electoral de los consejeros—, el titular del bloque kirchnerista, Agustín Rossi, pidió que se realizara una sola votación "en particular", para evitar el sufragio artículo por artículo.
Al aceptarse la moción del oficialismo de la Cámara baja, la oposición estalló en gritos, abucheos e insultos, que se extendieron por varios minutos, mientras que el titular de la bancada radical, Ricardo Gil Lavedra, vociferaba: "¡No tienen el número para votar! ¡Los desafío a votar artículo por artículo!".
Finalmente, luego de que la diputada del Frente Peronista Graciela Camaño se acercara a su estrado para tironearle los cables del micrófono, el titular de la Cámara baja, Julián Domínguez, éste logró recuperar el control del recinto de sesiones y avaló que la votación en particular se hiciera de una sola vez para los 33 artículos de la reforma del Consejo de la Magistratura.
"Usted (por Domínguez) está violando el artículo 248 del Código Penal sobre incumplimiento de deberes de funcionario público. A las 8 (eran las 5.50) vamos a ir a la Justicia a presentar una denuncia", enfatizó entonces la diputada Elisa Carrió. Rossi, por su parte, bramó: "Voy a decir lo que siento; esto es una reacción canallesca".
Pese a haber ganado la votación en general, le pido señor presidente que ahora, inmediatamente, sin discusión, ponga a votar artículo por artículo. ¡Son unos caraduras!". Tras la marcha atrás del legislador santafesino con el pedido inicial, Domínguez pasó a la definición del tema en particular, en la que los 33 artículos debían ser aprobados con 129 votos cada uno.
El primer artículo resultó 130 afirmativos a 120 negativos e inmediatamente se pasó a la votación del segundo, aunque en ese caso el tablero electrónico marcó 128 respaldos —uno menos de lo necesario—, 101 rechazos y 21 abstenciones. Si bien los diputados Alicia Comelli y Juan Carlos Forconi aclararon su voto por la positiva, dando un número de 130, la oposición denunció "fraude" entre gritos y se desató una nueva y recargada batahola.
Desde la zona de los radicales voló hacia la banca de Rossi una botella de plástico con agua, lo que generó la instantánea reacción del santafesino de pararse de su asiento y correr hacia el sector donde estaba el grupo de opositores,
Con la voz afónica, Rossi reclamó que se procediera a la votación de la norma. La oposición decidió marcharse del recinto y el kirchnerismo procedió a la votación uno por uno de los artículos: todos fueron aprobados por 130 afirmativos a 9 negativos. Anoche, Rossi pidió disculpas: "Sentí que me estaban robando la sesión y que no nos merecíamos el escándalo".