Estados Unidos dio ayer 48 horas a tres diplomáticos venezolanos para abandonar Washington, en retaliación por la expulsión de tres funcionarios estadounidenses acusados de promover la ola de violentas manifestaciones que han dejado 16 muertos en el país sudamericano. La historia reciente entre Venezuela y la Casa Blanca está repleta de enfrentamientos diplomáticos y desde 2008, cuando el fallecido Hugo Chávez expulsó al embajador de Estados Unidos en Caracas, las naciones no tienen representantes de ese nivel. El presidente Nicolás Maduro, fiel al discurso antiestadounidense de su antecesor, expulsó la semana pasada a tres diplomáticos norteamericanos acusados de reclutar a estudiantes universitarios para liderar las protestas en su contra. Desde principios de febrero, miles de venezolanos han salido a las calles para manifestar contra el gobierno, al que culpan de la galopante inflación, el desabastecimiento y la inseguridad.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo ayer que declaró personas no gratas a dos primeros secretarios y a un segundo secretario venezolanos, que cumplían labores consulares en la embajada en Washington. "Tienen 48 horas para abandonar Estados Unidos", advirtió en el comunicado. A pesar de los enfrentamientos ideológicos, Estados Unidos sigue siendo el principal comprador del crudo venezolano y, ayer, el país sudamericano propuso a un nuevo embajador en Estados Unidos, como gesto para distender los ánimos. "Es un gesto de la más firme voluntad de establecer relaciones diplomáticas de entendimiento franco, sincero y honesto", dijo el canciller venezolano, Elías Jaua. El Ministerio de Relaciones Exteriores anunció a través de su cuenta de Twitter que propuso a Maximilien Sánchez como embajador en Estados Unidos. "La propuesta de Sánchez —ex embajador de Venezuela en Brasil— será presentada para la consideración del gobierno estadounidense", agregó en un comunicado.
Llamado al diálogo. La crisis en Venezuela, que ha dejado 16 muertos, cientos de heridos y al menos 500 detenidos, llevó al presidente estadounidense Barack Obama a pronunciarse y conminar a las partes al diálogo. El gobierno de Maduro dijo que las declaraciones fueron una injerencia en asuntos internos.
Las protestas esporádicas continuaron en Caracas y un puñado de estudiantes mantuvo algunas calles de las zonas de clase media alta de la ciudad cerradas con barricadas. De acuerdo con residentes, las protestas se mantuvieron con fuerza en las ciudades occidentales de Maracay, Maracaibo y San Cristóbal, esta última capital del Estado Táchira, que ha vivido los enfrentamientos más encarnizados.
Ambos bandos políticos salieron ayer nuevamente a las calles. Simpatizantes del partido político del líder opositor Leopoldo López, encarcelado acusado de prender fuego a las protestas, marcharon hasta la embajada de Cuba en Caracas, para "rechazar la injerencia cubana en asuntos internos".
Por su parte, trabajadores de las telecomunicaciones marchó hacia el Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo donde fueron recibidos por Maduro, que pidió el cese de la violencia.
Carnaval extendido. Aunque decenas de miles han salido a las calles, Maduro asegura que las protestas están concentradas en un puñado de municipios gobernados por la oposición. A pesar de que alcaldes y gobernadores de oposición suspendieron festividades por el carnaval, el presidente decretó para mañana y pasado un feriado no laborable en recordatorio del estallido social conocido como el "Caracazo" en 1989, cuando cientos murieron durante protestas en el país. Los días libres se unirán al asueto de carnaval.
La principal federación patronal, Fedecámaras, criticó la medida advirtiendo que agravará la escasez de bienes básicos, porque el absentismo laboral hace más lenta la producción, que ya ha sido golpeada por las protestas y una caída en el flujo de divisas para importar. "Un país no sale adelante con días festivos, sino trabajado", dijo el vicepresidente de la agrupación, Carlos Larrazábal, a periodistas.
Preocupación mundial. Mientras, el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos se reunirá mañana en sesión extraordinaria para analizar las protestas en Venezuela, mientras el ex presidente Jimmy Carter ofreció sus servicios como mediador durante la visita que hará en abril a Caracas. Carter se ofreció a mediar a través de cartas enviadas a Maduro y al líder opositor Henrique Capriles. La OEA convocó a la reunión escasas horas después de que el gobierno panameño presentara su solicitud ayer al presidente del Consejo Permanente de la OEA, el dominicano Pedro Vergés.
"Que Argentina no siga el modelo"
El referente opositor venezolano Henrique Capriles deseó ayer que “Argentina no siga el modelo equivocado y fracasado que pretende imponerse por la fuerza” en el país caribeño, en medio de una situación de violencia que “está fuera de control”. En medio de ola de protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro, el actual gobernador de Miranda hizo declaraciones a Radio Mitre de Buenos Aires. “Ojalá que la Argentina no siga el modelo equivocado y fracasado que pretende imponerse ahora por vía de la fuerza en nuestro país”, sentenció Capriles. El opositor venezolano, que salió segundo en las últimas elecciones presidenciales, también reclamó a la Iglesia y al Papa Francisco que intervenga en la crisis político y social que vive ese país porque señaló que “puede ser una institución imparcial que convoque al diálogo”.