Este año la lluvia le jugó especialmente en contra a Colectividades porque obligó a suspender la actividad nada menos que el viernes de su inauguración y el domingo previsto para el cierre. Eso contribuyó a que por esta 28ª edición del encuentro, que culminó anoche (ver aparte), haya pasado menos público que en otras oportunidades. En cuanto a la seguridad, tanto la Intendencia como la Asociación de Colectividades de Rosario trazaron un balance "muy positivo", producto del despliegue diario de entre 250 y 300 agentes de control (policiales y municipales) y la instalación de seis cámaras de videovigilancia con monitoreo constante dentro del vallado. En el debe, admitieron los organizadores, quedaron los alrededores del predio, una especie de "previa degradada" de la fiesta. A lo largo de los 10 días, hubo unas 200 personas demoradas.
Aunque ayer por la mañana el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado, estimó que contabilizando el público de la noche del cierre la asistencia a la fiesta podría alcanzar, como otros años, el millón de personas, los organizadores reconocieron que esta vez el número terminó siendo menor.
La titular de la Asociación de Colectividades, Lidia del Grosso, atribuyó la merma a la "mala pasada" que les jugó el clima, responsable de que la fiesta se suspendiera nada menos que el viernes inaugural y el domingo de la clausura, dos fechas fuertes por programación y por ser días de fin de semana.
Aun así, aseguró que el año próximo se mantendrán tanto la fecha como la localización tradicional del encuentro.
En lo que hace a la seguridad, el balance fue unánimemente "muy positivo" respecto de lo que ocurrió dentro del predio de la fiesta, pero tuvo matices a la hora de evaluar cómo funcionó en los alrededores.
A su turno, el subsecretario de Seguridad Comunitaria municipal, Luis Baita, coincidió con Del Grosso al ponderar cómo "lograron trabajar en forma coordinada" las distintas áreas locales, las fuerzas de seguridad (policía, Gendarmería y Prefectura) y las colectividades.
La articulación incluyó a Inspección General, el Instituto del Alimento ("que previamente brindó capacitación y luego realizó auditorías en terreno"), Defensa Civil, la Guardia Urbana Municipal (GUM), Control Urbano y Tránsito.
Los controles se centraron en los accesos, los stands, las salidas de emergencia y los espacios de circulación entre los puestos, celosamente registrados por seis cámaras de videovigilancia. Baita aseguró que "esa prevención ayudó a que no se registraran incidentes dentro del predio".
En unas diez cuadras alrededor de la fiesta (donde también hay ubicadas 18 cámaras), 200 personas fueron demoradas por la policía. De ellas, nueve quedaron detenidas con pedidos de captura previos, dos por portación de arma de fuego y 17 cuidacoches por cobro compulsivo o trato violento.
Cada noche, el promedio de agentes (municipales y de las distintas fuerzas de seguridad) rondó entre 250 y 300.
Entre "lo mejor" que se dio en esta edición, también Del Grosso rescató la coordinación lograda entre la Municipalidad y las colectividades, lo que se tradujo —dijo— "en un mejor funcionamiento de la fiesta en todos los sentidos" y en que "no hubiera ningún desmán ni sobresaltos".
Además del aporte que ofreció el Instituto del Alimento, la dirigente destacó la novedad de que esta vez se decidiera separar residuos durante la fiesta, una tarea para la que capacitó el Servicio Urbano de Mantenimiento Ambiental Rosario y que, además de beneficiar a las cooperativas de recicladores, contribuyó a una mayor limpieza del predio.
Sin embargo, Del Grosso no se mostró para nada conforme con lo que ocurrió por fuera del vallado y que se presenta "casi como un encuentro paralelo". Algo sobre lo que, "sin coartar la libertad de trabajo", reclamó mayores controles para el año próximo.
"Ese fue un aspecto negativo porque el público lo visualiza como una especie de previa degradada de Colectividades", apuntó. Por ejemplo, por la instalación de puestos informales que se despreocuparon del menor cuidado higiénico, bromatológico y de imagen.
Hasta el año próximo
Un día después de lo previsto, pero con el brillo y el color de todos los años. De ese modo terminó anoche la 28ª edición de Colectividades. Antes del clásico show de fuegos artificiales, la música de Monchito Merlo, Cholo Montironi y Gerardo Bautista sedujo al numeroso público que, pese a ser lunes, llegó al lugar para despedir la gran fiesta de Rosario.