—Segunda divagación, para continuar lo comenzado ayer: concluí la víspera preguntando cuál es la diferencia entre aquel modelo conservador de Estado rico-pueblo pobre y este modelo "progresista". La diferencia es que ahora hay, mucho más acentuado, servilismo. Hay ciudadanos serviles, gobernadores serviles, intendentes serviles. Son un nuevo y gran grupo argentino, una nueva casta de "clientes políticos" al que el poder hace vivir de la dádiva. Sometidos, de cabeza gacha, con frecuencia aplauden lo que por dentro desprecian. En cuanto a este piquete de los ruralistas (que no es paro, porque las cosechadoras siguen levantando semillas) debo decir que en mi opinión "algunos" han equivocado el discurso (pero entiendo que para decir algo, si no se es mentiroso, hay que sentirlo): En lugar de reclamar por las excesivas retenciones esos "algunos", debieron y deben reclamar (y ese es el único reclamo válido para ellos en estas circunstancias en que tantos argentinos lloran) qué cosa ha hecho el Estado con la plata del campo, a quién ayudó de verdad a ser un ser humano libre y digno y no un humillado cliente político.































