El ex vicepresidente de la Nación, Carlos Chacho Alvarez dijo tener "certeza política absoluta" del pago de sobornos en el Senado para aprobar la reforma laboral del año 2000. En el recinto de audiencias, Alvarez tuvo un contrapunto directo con Fernando de la Rúa referido a la gestión de la Alianza.
"No tengo pruebas como la plata de la Side y otros detalles" como los declarados por el arrepentido Mario Pontaquarto, cuya actuación en el Senado calificó como una "carga nefasta. Los arrepentido son siempre malos; los arrepentidos de la mafia son mafiosos". Admitió, sin embargo, que la confesión del ex secretario parlamentario "confirmó los elementos y datos políticos que me hacen tener certeza absoluta de las coimas".
Al declarar ayer como primer testigo en el juicio ante el Tribunal Oral Federal 3 contra ocho imputados, entre ellos el ex presidente Fernando de la Rúa, Alvarez aseguró también haber apoyado todas las decisiones del gobierno de la Alianza "pero no la impunidad".
Explicó su renuncia, el 6 de octubre del 2000, por el escándalo y ante un reproche de De la Rúa, que lo interrogó como parte, le retrucó: "Si hubiera estado contra usted me hubiera ido a la oposición. En cambio dejé mi fuerza política pagando los costos de un gobierno que fue un fracaso. Conozco a todos los imputados pero no tengo relación con ninguno". Lo manifestó ante el tribunal apenas inició su declaración sentado a metro y medio del ex presidente, con quien no cruzó mirada ni saludos.
El ex senador Alberto Tell, uno de los cuatro justicialistas acusados de cobrar la coima, se retiró de la audiencia a poco de iniciada luego de que el presidente del tribunal, Gerardo Larrambebere, lo invitara a guardar silencio o salir. Alvarez recordó que la primera denuncia había sido publicada por el editorialista Joaquín Morales Solá y que a raíz de ellas, el senador Antonio Cafiero había planteado una cuestión de privilegio en el recinto colocándose en una situación "poco amable con su bloque. Cafiero se sentía un imbécil, porque de buena fe y por disciplina partidaria había votado una ley por la que se había pagado.
"Nunca había hecho denuncias por corrupción, defendía al peronismo y es inimaginable que usara el tema para saldar internas", se explayó, al recordar que nunca reveló en público los nombres pero "se los llevó bajo sobre al juez", Carlos Liporace. "Primero habló de sus sospechas, luego dijo que se lo habían confirmado y en la Cámara se comentaba que para ello había sacado de mentira verdad", relató.
"Yo le pregunté a Flamarique, pero me dijo que sólo había participado de una negociación técnica y no sabía nada más", pero ante una pregunta sobre si le sorprendía que se lo mencionara vinculado a una coima, fue lapidario: "No, no me sorprendió. A partir de ese momento quedamos en veredas opuestas porque yo quería saber qué había pasado y el solo buscaba despegarse", dijo Alvarez. A lo largo de casi tres horas de exposición, el ex vicepresidente admitió que su relación con los senadores era conflictiva a partir de la decisión de "transparentar" el manejo de los fondos de la Cámara alta, que incluía una partida de 2 millones de pesos para gastos reservados, heredados de su antecesor Carlos Ruckauf.