Caracas. — La violenta ola de crímenes y las montañas de basura sin recoger
en las calles de los barrios más pobres de Venezuela pueden suponer una seria amenaza para el
presidente Hugo Chávez, quien busca aprobar una enmienda a la Constitución que le permita ser
reelegido sin límite.
En el enorme suburbio caraqueño de Petare, durante mucho tiempo bastión
electoral de Chávez, la frustración aumenta por la incapacidad del gobierno para mantener el barrio
limpio y seguro. Reina Campos, una vendedora ambulante de 63 años, aplaude los esfuerzos de Chávez
por llevar clínicas y mercados subsidiados a Petare, pero dice que las autoridades deberían gastar
más tiempo y dinero en recoger la basura y encerrar a los delincuentes. "No, chico, ya estamos
cansados de voto y voto y voto. ¿Vamos a seguir con esto?", dice mientras charla animadamente con
sus vecinos, a pocos metros de los montones de basura. "Lo que queremos es seguridad, calidad
social, trabajo", agregó.
Diez años es poco. Estos problemas del día a día, que van desde los precios de
la comida al tránsito, juegan en contra de Chávez de cara al referendo con el que pretende eliminar
los límites a la reelección. Tras 10 años en el poder, Chávez dice que necesita presentarse a la
reelección en 2012 y gobernar al menos otra década para implantar el socialismo en Venezuela. Pero
hay signos de que el apoyo a su gobierno está cayendo incluso en sus tradicionales feudos
electorales. Hace dos semanas, Petare votó en contra del candidato de Chávez en las elecciones
regionales, mientras una oposición cada vez más unida logró importantes victorias en Estados clave
y el control de la capital del país, que estaban en manos de aliados del presidente. Carlos Ocariz,
opositor independiente, venció en Petare al oficialismo. “Ganamos contra el aparato chavista,
pese a las heladeras y hornos a microondas” regalados por el chavismo a cambio del voto, dijo
el sector de Ocariz.
Igualmente Chávez tomó suficiente aliento, con sus victorias en 17 de
los 22 Estados, incluyendo un fuerte apoyo en las zonas rurales, como para relanzar esta semana una
súbita y arriesgada campaña para otro referendo. Hace un año, fue derrotado en una consulta en la
que postulaba una amplia reforma constitucional que le daba la reelección perpetua. La popularidad
de Chávez estaría en torno al 60 por ciento según algunos sondeos, pero sólo uno de cada cuatro
venezolanos respalda su plan de reelección, indica un trabajo de la encuestadora Datanálisis
realizado antes del anuncio. “La mayoría de la población rechaza la reelección continua del
presidente y eso incluye al chavismo”, dijo el director de Datanálisis, Luis Vicente León.
Chávez sufrirá para “vender” la enmienda constitucional en
sitios que, como Petare, se quejan cada vez más de la criminalidad rampante, el pobre alumbrado
público y la irregular recolección de residuos. (Reuters)