En las estadísticas la cantidad no es directamente proporcional a la calidad pero en este caso sí marca una realidad incontrastable. Lo que alguna vez fue la exitosa cantera rosarina de futbolistas, tiempo atrás colapsó por las paupérrimas políticas deportivas de los clubes, tanto en Newell’s como en Central, y esto indefectiblemente revirtió la tendencia, a tal punto que las incorporaciones superaron a las promociones durante varias temporadas.
Para comprobar esto alcanza con observar y comparar los ciclos cada 7 años, que es una unidad de tiempo que se maneja en inferiores debido a que existen 6 categorías (de 4ª a 9ª divisiones) más la 10ª.
Este análisis se realiza desde la temporada 1986/87 a 2013/14, no sólo en porcentajes sino también en cantidad de jugadores que debutaron en cada período.
En los últimos siete años debutaron más incorporaciones que jugadores de las divisiones inferiores, algo que no sucedía en otras épocas. Y si bien vale especificar que las actuales dirigencias sustentan sus proyectos en la reconstrucción de las inferiores, aún perdura el efecto residual de las administraciones anteriores.
Hay una frase que se repite en las declaraciones de los entrenadores formadores, que lo que demanda 7 años construir se destruye en sólo 6 meses.
Así ocurrió tanto en Central como en Newell’s, cuando los sectores violentos, por acción u omisión de los directivos de entonces, se metieron en la estructura de las canteras.
Los números son alarmantes. En Newell’s, desde fines de la década del 80 y principios de los 90, bajaron considerablemente su porcentaje (aunque también se debe tener en cuenta que el fútbol estaba rodeado por otro contexto). Antes de la presidencia de Eduardo López los números marcaban que el 78 por ciento de los futbolistas que jugaban por primera vez.
con la casaca rojinegra provenían de las inferiores. Y por esos años (1986/87 a 1992/93) hicieron su estreno en el círculo privilegiado jugadores como Roberto Sensini, Fernando Gamboa, Abel Balbo, Ga-
briel Batistuta, Eduardo Berizzo, Mauricio Pochettino y Julio Saldaña, entre otros.
Mientras que en los últimos 7 años este porcentaje bajó al 36 por ciento. Y son contados los futbolistas propios que se consolidaron en primera división (Cristian Díaz, Hernán Villalba, Martín Tonso, Lorenzo Faravelli, Maximiliano Urruti, Fabián Muñoz y Ezequiel Ponce).
Y si bien regresaron varios jugadores que hicieron las inferiores en el club (Lucas Bernardi, Diego Mateo, Gabriel Heinze, Ignacio Scocco, Maximiliano Rodríguez, entre varios), estos regresos fueron acompañados por más futbolistas de afuera en desmedro de lo que tenían en casa.
En Central la situación es parecida. En los primeros 7 años de este siglo, el 70 por ciento de los debutantes fueron de las inferiores. En este período (2000/01 a 2006/07) el auriazul jugó varios torneos internacionales y eso le dio la posibilidad a más de 40 juveniles de debutar en primera en la era anterior a Daniel Teglia, como Luciano Figueroa, César Delgado, Mauro Cetto, Javier Muñoz Mustafá, Emiliano Papa, Hernán Encina, Juan Marcelo Ojeda, Cristian Alvarez, Leonardo Talamonti, Cristian Campestrini y Germán Herrera.
Pero desde 2004 en adelante, con las presidencias de Scarabino y Usandizaga, todo lo edificado en torno a la cantera se diezmó considerablemente. Y el golpe de nocaut fue el descenso en la temporada 2009/2010.
En cambio, en los últimos 7 años ese porcentaje se redujo al 43 por ciento y recién ahora, ya con el regreso a primera división y un colchón de puntos, están apareciendo nuevamente jugadores juveniles en primera, como Tomás Berra, Walter Acuña y Jonás Aguirre.