Central todavía puede no lucir, pero gana. Evidencia cuestiones que merecen más trabajo en esto de pulir movimientos y sincronizaciones, pero gana. Conjuga aciertos y errores en esto de intentar ser fiel a un estilo, pero gana. Y qué mejor sostén para ir en busca de un objetivo cuando la catapulta son los resultados, en este caso los triunfos. Porque transcurridas las tres primeras fechas, el equipo de Eduardo Coudet viaja a velocidad crucero. Por supuesto que podrá hacerse el razonamiento de que viajar a velocidad crucero no implica llegar primero, pero sí hacerlo con demasiada tranquilidad. Y Central hoy tiene esa tranquilidad, que le permite no sólo estar en lo más alto, sino hacer que la confianza sea uno de los principales baluartes del grupo. Y también del técnico. ¿O quién puede dejar de lado que Coudet es un entrenador debutante y que cada victoria que logra oficia como sostén, como respaldo en el cual apoyar una espalda que puede ser ancha por lo hecho como jugador, pero no en esta nueva función?