Central llega a otro Gigante con un nuevo reto al destino, claro que no de la trascendencia ni significación que representa un clásico, pero sí ante otro equipo que tiene una identidad futbolística y que sabe a qué juega. Porque eso es Belgrano. Razón por la cual intentar ganar por primera vez de visitante en el torneo Inicial y a la vez quebrar una racha adversa histórica en los partidos siguientes a las victorias frente a Newell's configura un escenario nada sencillo. ¿O no es así Russo?
"Pasamos un escollo y tenemos otro, nada es simple, esto es así, una carrera con obstáculos, con desafíos permanentes, pero de esto se trata. Cuando terminó el clásico me dijeron que había una racha de los partidos posteriores, y bueno, sigamos entonces y aquí estamos", dijo el técnico canalla antes de la última práctica ya en suelo cordobés.
Más allá de rachas y estadísticas, lo cierto es que Central llegó a la capital mediterránea con la confianza forjada por una victoria importante, y además con una seguidilla de cinco encuentros sin derrotas que permiten corregir los errores que aún no pudieron subsanarse.
En este sentido será clave que los canallas busquen abrir la cancha en la zona de volantes, ya que allí el técnico pirata tiene su matriz futbolística a través de la cual fabrica el equilibrio de un equipo complicado, incómodo y riesgoso.
Está claro que los de Russo ratificarán no sólo la formación sino también esa impronta del medio hacia adelante que tiende a ahogar a los rivales con una presión sustentada en un rendimiento físico y que tiene por objetivo provocar el error adversario cuando tiene la pelota, achicarles los espacios, no dejarlo pensar y así tratar de recuperar la posesión del balón para jugar profundo.
Central llegó a Córdoba dispuesto a protagonizar el partido, a no esperar, a ir sobre Belgrano para tratar de que no pueda cumplir con su partitura y a la vez aturdirlo con el ímpetu para tratar de quebrar su resistencia. No será fácil, pero con el amor propio revitalizado por los últimos resultados sabe que no hay peor intento que el que no se realiza.
Los canallas deben trabajar en la búsqueda del equilibrio para así subsanar los baches que quedan a la espalda de la línea de volantes, un problema que aún evidencia y que le genera padecimiento cuando los rivales lo encuentran en posición ofensiva, porque ante cada salida rápida del contrincante el retroceso no es balanceado, por eso muchas veces quedan expuestos y a merced de la puntería del otro.
No obstante el equipo de Russo muestra partido tras partido un avance firme hacia la construcción de una forma de jugar, cimentado desde un trabajo solidario que también muestra las bondades de un grupo que luce unido y fuerte.
Sólo se trata de sumar. Esa es la consigna centralista, porque cuanto más votos (léase puntos) logre, más tranquilo permanecerá en la banca, y aunque sabe que los comicios son reñidos, llega con la convicción inalterable y con el guiño de las encuestas.