Hay que cambiar? ¿Mucho? ¿Poco? ¿Mantener la base? Preguntas que no tienen una respuesta certera, pero que invitan a plantear el cuadro de situación del hoy de Central. No es lo mismo jugar en la Primera B Nacional que hacerlo en Primera División. Por más que algunos insistan en que no hay demasiadas diferencias, existe. Y es notoria. Sin embargo, nadie puede decir que tiene la verdad. Está en las ideas. En los análisis. Y hasta en la historia. En este caso, la más cercana. La de aquel ascenso desde la Primera B en 1985 y el inmediato título de campeón de la A en la temporada 1986/87, algo que ningún otro club logró. El de dos equipos que no se parecieron demasiado, más allá del juego, en cuanto a sus integrantes. Tanto, que de los principales futbolistas entre un torneo y otro sólo se mantuvo una base de 4 jugadores.
¿Se repetirá? Tras este ascenso logrado por el Canalla, el entrenador Miguel Angel Russo está armando el próximo plantel y ya pidió que se mantenga una base y varios refuerzos importantes. ¿Cuántos? Se verá.
Lo concreto está en la historia. En retrotraerse hasta aquel 1985 cuando Central obtuvo el título de la vieja Primera B (no existía el Nacional B), de la mano de Pedro Marchetta. Ese equipo que se vio obligado a descansar seis meses para reorganizar los torneos hasta arrancar el 86/87 con otro técnico, nada menos que Angel Tulio Zof y muchos jugadores distintos.
En cada torneo existió una base de jugadores titulares. Y entre ambos se repitieron sólo 4 futbolistas: Omar Palma, Omar Pedernera, Adelqui Cornaglia y Jorge Balbis.
Y nada mejor que para repasar lo que fue es ir línea por línea.
En el arco: Jorge Fossati fue el dueño del puesto en los 42 cotejos de 1985. Para el 86/87 se quedó pero perdió el puesto en la 22ª fecha al perder 2-3 con River, en Arroyito. Ahí entró Alejandro Lanari, quien ya había atajado en 6 partidos antes (12ª a 17ª), pero desde ahí se quedó hasta dar la vuelta olímpica.
En la defensa: de la línea de cuatro compuesta por Juan Carlos Ghielmetti, Jorge Balbis, José Tiburcio Serrizuela y Omar Pedernera, sólo el 2 y el 3 se mantuvieron. Mientras que Ghielmetti (también campeón del Nacional 1980) se fue a Belgrano y no volvió. Lo reemplazó José Di Leo en la primera rueda y Hernán Díaz en la segunda, ya que al principio actuó como volante derecho. Lo mismo pasó con Serrizuela, que partió a Lanús seis meses, siguió en Racing de Córdoba (86/87) y River para llegar a la selección en el Mundial de Italia 90. En su lugar retornó Edgardo Bauza, con la experiencia en Colombia e Independiente.
En el medio, de los tres se afirmaron dos, Palma y Cornaglia. En la B, Marchetta fue rotando entre 5 nombres, los otros fueron Sperandío (pasó a Quilmes y luego a River), Chaparro y Wolhein, quien se fue a Platense y luego a Racing de Córdoba, ahí acompañado por Chaparro, para que llegara a Central Gasparini, clave para el título más importante. En el ataque: Ninguno se ganó el puesto, aunque los tres titulares se quedaron como suplentes. La delantera: Pedro Argota, Rubén Rojas y Claudio Scalise le dio el paso a Escudero, Lanzidei y Galloni, siendo los dos últimos partícipes también del ascenso pero con pocos partidos. Los restantes puntas en la B se fueron: Eduardo Emilio Delgado y Sergio Saturno.
Otro tiempo, otra historia, un fútbol muy distinto. Pero se puede repetir, no suena ilógico.