Los 26 puntos que obtuvo Central en el torneo Inicial no deben desviar el foco de atención. Y para eso habrá que obrar en consecuencia. Miguel Angel Russo ya dijo que quiere pelear el título y para eso será necesario fortalecer las virtudes hasta aquí exhibidas (además de corregir errores, claro). Pero el campeonato que jugará el Canalla no pasará sólo por la pretemporada ni por las 19 fechas que restan para el final de la temporada. También pasará por la correcta elección de los refuerzos que deberá hacer en estas semanas, que serán de estudio, evaluación, elección y negociaciones. Se plantea esta necesidad teniendo en cuenta que lo hecho en el último receso en ese sentido no terminó entregando los dividendos pretendidos, al menos en lo que a la participación de aquellos futbolistas que arribaron como refuerzos se refiere. No todos los que llegaron colmaron las expectativas.
El escenario en esta época del año no es el mismo. La búsqueda es más acotada por la posibilidad de sumar sólo dos jugadores y eso es lo que hace que la mira en cuanto a la elección deba calibrarse casi con pulso de cirujano.
Otra vez, el aprendizaje de pasos anteriores cobra relevancia. Lo sucedido en el receso anterior así lo marca. Es que cuando Central logró el ascenso, el DT y la dirigencia lograron el arribo de nueve futbolistas, de los cuales muy pocos terminaron transformándose en piezas clave del equipo. Suele pasar que muchos llegan para completar el plantel, pero la sola inversión implica que cualquier arribo, por más económico que sea, debería colaborar para que el técnico cuente con una base más amplia a la hora del armado del equipo.
De esos nueve jugadores sólo tres tuvieron una participación que puede denominarse activa en las 19 fechas. Con una particularidad: Sebastián Abreu fue uno de los que más jugó y sólo lo hizo tres veces desde el primer minuto.
El uruguayo siempre marcó que una de las cualidades que veía en el cuerpo técnico era que sabía explotar las virtudes de cada futbolista. En su caso se cumplió al pie de la letra. Es que Russo entendió que su participación era más productiva ingresando desde el banco que arrancando como titular.
En ese pequeño lote de jugadores con mayor actividad están Alejandro Donatti y Carlos Luna. El defensor con 17 partidos (todos de titular), el punta con 16 (15 desde el minuto inicial).
Después, si Donatti se destacó en la última línea o si Luna marcó más o menos goles de lo que estaba en los planes es otro análisis. Lo concreto es que ambos gozaron de la confianza de Russo.
Los otros casos son los que obligan a ese replanteo en cuanto a política de refuerzos. Casi que se deja de lado lo que sucedió con Lucas Allosa, que fue una apuesta más que una acción que tuviera que ver con reforzar al plantel. No obstante, el lateral volante proveniente de Independiente Rivadavia fue tomado como tal y sólo tuvo participación en reserva, y en contadas ocasiones.
¿El resto? Jugó poco y prácticamente fueron puntos de referencia ante determinadas situaciones de urgencias. Franco Niell (se ganó un lugar y por bajo rendimiento lo terminó perdiendo), Lisandro Magallán (fue siempre más una alternativa que una apuesta), Pol Fernández (uno de los volantes más talentosos pero al que le faltó continuidad), Gonzalo Castillejos (utilizado recién en el final por la suspensión de Luna) y Eduardo Ledesma (sólo dos intervenciones para tapar un hueco en defensa) son quienes conforman ese grupo de jugadores de los que se esperaba una mayor participación. Claro que no todo análisis es lineal. Porque en el medio están las decisiones del técnico, las lesiones que suelen aparecer, los momentos de cada uno de ellos y hasta las apariciones de algunos juveniles que se van ganando un lugar.
De todas formas, hay números que marcan tendencias y comportamientos. Por eso no es errado decir que la mayoría de los refuerzos quedaron en deuda.
Apenas terminó el torneo Russo optó por quedarse una semana más en Rosario para diagramar, junto a los dirigentes, los pasos a seguir en lo que tiene que ver con la política de refuerzos y ventas. En lo que tiene que ver con quienes pueden llegar, la apuesta pasa por calibrar un poco más la mira.