Central respetó la nueva idea y venció 2-1 a Los Andes en un amistoso
Jugar bajo los mandamientos que pregona el DT es una de las principales metas a alcanzar en amistosos de pretemporada. Ayer Central tuvo una prueba de la que salió bien parado, pero no tanto por el resultado (fue victoria 2 a 1 ante Los Andes), sino porque cumplió con algunas de las requisitorias que parten claras desde el cuerpo técnico.
29 de julio 2012 · 01:00hs
Ganar es un detalle, amén de que todos quieran hacerlo. Jugar bajo los mandamientos que pregona el DT es una de las principales metas a alcanzar en amistosos de pretemporada. Ayer Central tuvo una prueba de la que salió bien parado, pero no tanto por el resultado (fue victoria 2 a 1 ante Los Andes), sino porque cumplió con algunas de las requisitorias que parten claras desde el cuerpo técnico. El equipo tuvo paciencia y gracias a eso logró dar vuelta un partido que se le presentó como se le van a presentar muchos en la temporada. Después, hubo elementos positivos y negativos para pasar por el tamiz.
Este Central mostró algunas virtudes y repitió errores del pasado. Es un mero detalle decir que la diferencia pudo y debió ser mayor, pero a partir de ahí nace el verdadero ejercicio del análisis.
El control del balón se tuvo y por ese camino se transitó. Con aciertos lógicos, pero con errores propios que se cometen cuando los músculos no marchan al mismo ritmo que la cabeza. Igual, en ese dominio casi absoluto, el primer yerro se pagó caro. Fue cuando Nery Domínguez perdió la marca de Corulo y el defensor pateó al primer palo, venciendo la resistencia de Broun. Error compartido.
A esa altura el canalla ya había mostrado cosas interesantes, sobre todo cuando la pelota pasaba por Encina. También cada vez que Gagliardi, con inteligencia, tiraba diagonales y se transformaba en un delantero más. Lo tuvo el ex Instituto en dos ocasiones, Ferrari también estuvo cerca y Delgado estrelló un tiro libre en el travesaño. Y lo de las similitudes con viejas épocas tiene que ver con el generar y no concretar, y encima sufrir en el fondo con errores propios. Domínguez volvió a fallar en el fondo y Visconti casi factura.
Después del descanso, las diferencias de físico y juego fueron moldeando el resultado. Igual hubo un punto clave que produjo el cambio. Fue con los ingresos de Medina y Jonás Aguirre. El chaqueño también jugó un tanto retrasado como lo había hecho Lagos (llevó riesgo de cabeza a los 59'), y la que tuvo no perdonó. Sí fue muy efectivo lo de Jonás. El juvenil marcó supremacía por la izquierda. Se juntó con Encina, se acopló con Delgado, quien redondeó un buen partido, y tiró unos cuantos centros. En uno, sobre el final, apareció la cabeza de Gagliardi, quien mostró que lo suyo no sólo es despliegue, sino también buscar en el área rival.
El resultado cuenta, más para las estadísticas que otra cosa, aunque siempre es preferible pulir los detalles con la tranquilidad de una victoria. En esta ocasión, el mayor aprendizaje hay que buscarlo por la capacidad del equipo para dar vuelta un trámite, pero sobre todo porque el partido se pareció mucho a lo que Central ya conoce y a lo que, otra vez, deberá hacerle frente.