El tiempo de retomar la historia que se viene escribiendo está al alcance de la mano. Es hora de mantener activa la vista con todo lo realizado, pero de proyectar lo que viene, que en definitiva es lo más importante. Todo lo cosechado ayuda, fortalece. Ahora, lo que se haga será tan “importante” y “trascendente” como el propio Eduardo Coudet lo tildó hace apenas unos días. Una lectura que se ajusta milimétricamente a la realidad. Olimpo es el primer paso que Rosario Central deberá dar para extender el rol protagónico cosechado hasta el momento y del que nadie, por obvias razones, quiere despojarse así porque sí. Es otro tramo de la carrera que se inicia y que deberá ajustarse a la misma sintonía.
Atrás quedó el parate por eliminatorias, al que el cuerpo técnico recibió casi como una bendición por la terrible seguidilla de partidos que incluyeron torneo local y Copa Libertadores. Es que se trató de un tiempo para reponer energías y entregarle cierto descanso a un físico que, al menos por lo que se vio ante Sarmiento en el último partido, venía con un ajetreo importante.
Sí hay algo que el Canalla puede exponer como atributo y, si se quiere, como un elemento de autopresión. Tiene que ver con la condición de líder que ostenta, junto a Godoy Cruz. Partiendo de esa base es lógico pensar que este reinicio de competencia encuentra a Central con un plus sobre el resto. Se trata de la segunda parte de una carrera en la que a partir de la tranquilidad que entrega la pole position se puede otear el panorama con un mayor grado de optimismo.
No es un dato menor que la agenda seguirá siendo asfixiante. Vale el recordatorio de que la semana próxima Central se jugará una parada que puede resultar decisiva de cara a la clasificación a octavos de la Copa cuando reciba a Palmeiras en el Gigante. Pero esa historia del “día a día” tan famoso es la que no sufrirá alteraciones. Hoy la cabeza está en los 90 minutos de esta noche en el Carminatti. Como debe ser.
Y es más, tanto el técnico como sus jugadores tienen muy en claro que en el torneo local no hay otra posición que sirva que no sea la de primero (en la Libertadores con ser segundo alcanza, más allá de que nadie quiere especular con la chance de ir a buscar un lugar entre los 16 mejores a Montevideo). De allí la importancia de los tres puntos de esta noche en Bahía Blanca, de los tres que le seguirán cuando se reciba a Vélez y así sucesivamente.
Hoy en el rubro lesiones el único que está con un contratiempo importante es Marcelo Larrondo (fue operado de la rodilla y tiene todavía unas tres semanas de recuperación), por lo que Coudet cuenta con todo a disposición, amén de que algunos jugadores (Fernández y Villagra, por ejemplo) hayan sido preservados porque aún están buscando su puesta a punto desde lo físico. Por supuesto contra eso también Central tendrá que seguir lidiando, pero la cosa no será distinta a lo realizado en la primera parte del semestre, donde, se insiste, el equipo pudo sobreponerse a distintos contratiempos para gozar hoy de una situación de privilegio.
Este equipo ya dio sobradas muestras de moverse futbolísticamente con la cabeza levantada, teniendo un panorama muy claro sobre las formas en las que le conviene desempeñarse. Igual, en cierta medida ahora deberá fijar la vista y arremeter. No de manera alocada, pero sí envuelto en la sensación de que a las ocho finales que le quedan deberá encararlas sin aminorar la marcha.