Central Córdoba terminó último
No hará falta que la historia juzgue esta campaña. Porque el presente ya la condena. Central
Córdoba fue preso una vez más de sus miserias. De principio a fin. Lejos, fue la peor performance
de su centenaria vida. Hizo prácticamente todo mal. Antes de hacer borrón y cuenta nueva se tendrán
que analizar minuciosamente los yerros que cometieron...
31 de mayo 2009 · 01:00hs
No hará falta que la historia juzgue esta campaña. Porque el presente ya la
condena. Central Córdoba fue preso una vez más de sus miserias. De principio a fin. Lejos, fue la
peor performance de su centenaria vida. Hizo prácticamente todo mal. Antes de hacer borrón y cuenta
nueva se tendrán que analizar minuciosamente los yerros que cometieron, ya sean a nivel dirigencial
como deportivo. Se tendrá que formar en breve una base sólida para que el cambio sea eficiente. Se
tendrán que establecer prioridades. Y sobre esas prioridades trabajar en consecuencia para no caer
de nuevo en la tentación. Porque la temporada que cerró ayer el charrúa marca que, además de perder
ante el muletto de Merlo 2 a 1, fue patética. Y el cómodo último puesto así lo marca.
Otra vez la misma imagen. Otra vez la derrota se apoderó sin piedad de todo el desahuciado
Gabino Sosa. Cada uno deberá hacerse cargo de sus actos. Fallidos por cierto. Central Córdoba fue
un mar de lágrimas y un océano de llanto a lo largo de todo el certamen. Hay responsabilidades
compartidas. Cada una de las partes involucradas colaboró para llegar a esta debacle.
La noche se desplomó de lleno cuando llegó el final. Por un lado, terminó el karma de poner la
mejilla cada fin de semana. Por el otro, es tiempo de aprovechar este paréntesis para meditar
cuáles serán los pasos a seguir. Porque en la próxima temporada el pueblo charrúa no podrá tomarse
demasiada licencia, ya que tendrá que engordar su raquítico promedio.
Y ayer dejó una vez más pasar el tren de la oportunidad. Porque no supo cómo contrarrestar a un
Merlo que llegó a Tablada con el pasaje al Reducido en los bolsillos y mandó a escena a un puñado
de pibes que no oficiaron de partenaires. Al contrario, se mostraron prolijos en cada una de sus
líneas. Y como bonus se llevaron los tres puntos para sus pagos.
El charrúa se encontró en desventaja pasada la primera media hora vía un punzante Pablo
Rodríguez. Le costó encontrar en todo momento su juego y se mostró desdibujado. Dejó la sensación
de haber entrado a jugar abatido moralmente. La intermitencia fue el común denominador.
Para colmo, el reinició lo encontró mal parado. Primero pifió Santilli, después falló la defensa
y Delgado no dudó en marcar el 2 a 0 y acentuar la preocupación anfitriona, ya sea dentro como
fuera del campo de juego, donde Merlo se movía a gusto y de manera letal. Por más que Darío Villán
clavó un golazo, la realidad es que Central Córdoba estaba condenado desde el principio, pese a que
se las ingenió para molestar en cuenta gotas a un seguro arquero Armani. La visita pudo estirar a
través de un penal, aunque Santilli le adivinó la intención al ex charrúa Ferragut. Más allá de
eso, el resultado no corría peligro para ninguno de los dos.
Córdoba cerró la temporada. Lo hizo de la peor manera. Sumando la cuarta derrota al hilo y el
12º partido sin poder ganar. Como el principio. Como el final. Por eso, el presente lo condenó a
mirar a todos desde bien abajo. Y el futuro deportivo que le espera no es para nada alentador.
PorMariano Bereznicki
[email protected]
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