Cementerios a salvo del mosquito

Hasta a los cementerios de Rosario fueron en busca del Aedes aegypti, pero no lo encontraron. La hipótesis inicial, recordó ayer la subsecretaria de Medio Ambiente municipal Daniela Mastrangelo, era que los floreros y jardineras de los camposantos también podían albergar huevos o larvas del mosquito transmisor del dengue, por lo que convendría cambiarles el agua por arena. Pero todo fue una falsa alarma: según la funcionaria, esta especie de Aedes prefiere el hogar de los vivos.

La responsable de Medio Ambiente, área de la que depende la Dirección de Control de Vectores, contó que entre los operativos que incluyen medidas entomológicas (relacionadas con los insectos) para frenar y prevenir el avance del dengue hay varias estrategias.

Renovar el agua. Una de ellas es básicamente educativa: recomendar hasta el cansancio que cada familia "descacharrice", es decir, vacíe, limpie o renueve el agua en forma diaria de los reservorios donde se acumula, entre ellos los que contienen el líquido de manera indispensable, como los bebederos de animales y los tanques.

En casos extremos, y en estrecha colaboración con el área epidemiológica de la Municipalidad, se fumigan los domicilios de pacientes infectados o con casos presuntivos.

También, y como medida para tranquilizar a la población, se intensificaron los operativos de fumigación en los seis distritos de la ciudad, aun sabiendo que el Aedes aegypti no pone huevos en las zanjas porque prefiere el agua limpia.

Y por último, apareció la idea de controlar las jardineras donde los deudos de los muertos depositan flores o plantas en los cementerios. Pero para sorpresa de los especialistas, no se encontraron mosquitos transmisores del dengue allí.

"Monitoreamos los cementerios, pero se ve que las hembras tiene hábitos alimentarios más ligados a los hogares de los vivos", casi bromeó Mastrangelo.