Barcelona. — Cataluña, la región económicamente más fuerte de España y también la más endeudada, celebra hoy unas elecciones autonómicas anticipadas bajo tambores de independencia en pleno marasmo económico. El actual jefe de gobierno, Artur Mas, aspira a la reelección para después impulsar un referéndum de autodeterminación que el Ejecutivo español de Mariano Rajoy rechaza por inconstitucional. Más de 5,2 millones de catalanes están llamados a las urnas para elegir 135 diputados del nuevo Parlamento regional, en unos comicios que Mas, del partido nacionalista Convergencia i Unio (CiU), plantea como primera vuelta del referéndum que persigue en la región del noreste español cuente éste o no con el permiso de Rajoy.
Los sondeos pronostican que CiU volverá a ganar los comicios, pero sin mayoría absoluta. CiU ha gobernado en Cataluña desde 1980, con la excepción de las dos legislaturas entre 2003 y 2010. En los últimos dos años lo ha hecho con mayoría simple en el Parlamento catalán. Mas pide a los catalanes una "mayoría indestructible" para llevar adelante su proyecto. "El proceso comenzaría en enero de 2013, sin perder tiempo", ha dicho.
Amplia mayoría. Según un sondeo del Centro de Estudios de Opinión, dependiente del gobierno regional, el 57 por ciento de los catalanes votaría a favor de la independencia. Otra encuesta publicada hace una semana por el diario El País rebaja ese apoyo al 46 por ciento. Las encuestas, en todo caso, pronostican un nuevo Parlamento catalán de mayoría secesionista, con el ascenso a partir de hoy de varios partidos independentistas pequeños.
La exclusión de una hipotética Cataluña independiente de la UE es uno de los escollos a los que se enfrenta Mas. Después de asegurar que esa Cataluña segregada seguiría en el bloque, suavizó la afirmación, tras pronunciamientos desde Bruselas diciendo lo contrario. "Si llegáramos a la certeza de que Cataluña quedará fuera de la UE, habría que hacer una reflexión para ver si hacemos o no la consulta, pero yo sería partidario de hacerla", ha dicho Mas. Según los sondeos, el porcentaje de los catalanes que quieren la independencia bajaría significativamente —alrededor de 10 puntos porcentuales— en caso de salida de la UE. "Que Cataluña no sea parte de la Unión Europea no es deseable", dijo una fuente de una gran compañía catalana que pidió no ser citado por lo delicado del tema. "No es una condición importante que pudiera actuar como restricción a la verdadera independencia".
La crisis. Estas elecciones en Cataluña, un territorio de 7,5 millones de habitantes, y el proyecto de Mas suponen para Rajoy la batalla política más importante que tiene que librar en España, donde el problema independentista catalán se abrió en el momento en el que gestiona la peor crisis económica en la historia democrática. Su conservador Partido Popular (PP) se ha volcado en la campaña electoral y el propio presidente del gobierno español ha dado varios mítines en Cataluña. "No estamos para aventuras", ha dicho Rajoy.
Paradójicamente, estas elecciones pueden venirle bien a su formación. El PP podría convertirse en la segunda fuerza allí por el hundimiento de los socialistas (PSC) que pronostican los sondeos. Los socialistas rechazan la independencia pero abogan por el federalismo y por consultar al pueblo catalán en el marco de la ley.
Mas, un licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales que hizo carrera política con un perfil tecnócrata desde los gobiernos del mítico Jordi Pujol, anticipó las elecciones regionales en dos años después de que Rajoy rechazara su pretensión de un "pacto fiscal" con el que pretendía una mayor autonomía de Cataluña para gestionar sus propios tributos. La región, una de las "nacionalidades históricas" de España, con lengua propia, goza ya de amplia autonomía del Estado central. Entre otras cosas, dispone de policía propia.
Mayor autonomía. Mas se puso al frente del clamor secesionista catalán que, impulsado por la grave crisis económica en España, alcanzó su clímax en una marcha en la que decenas de miles de catalanes pidieron por la secesión en Barcelona el 11 de septiembre, "día nacional" catalán. El y su partido, no obstante, evitan el término "independencia", para no perder votantes nacionalistas que quieren mayor autonomía pero no la segregación, y lo sustituyen por el de "Estado propio".
Cataluña, hoy la más endeudada de las 17 comunidades autónomas de España pese a generar una quinta parte del Producto Bruto Interno (PBI) del país, se considera expoliada por Madrid y desde hace años reivindica un déficit fiscal de 16.000 millones de euros anuales que cubriría su onerosa deuda de más de 40.000 millones de euros. En la región, que ha tenido que pedir un rescate al Estado central, se extendió la idea de que Cataluña es víctima de un expolio fiscal y todo iría mejor sin España, pese a las voces que alertan de graves consecuencias económicas en caso de independencia.
¿Maniobra política? Otros opinan que el proyecto secesionista de Mas es sólo una maniobra para distraer la atención de los duros recortes que el jefe del gobierno regional aplica desde hace dos años y que están afectando mucho a la educación y la sanidad.
La recta final de la campaña catalana ha estado marcada por las acusaciones de corrupción contra Mas y su mentor, el ex presidente catalán Pujol. El diario El Mundo ha desgranando un supuesto borrador de un informe policial que los acusa de tener cuentas en Suiza con dinero procedente de la corrupción. Mas denuncia un ataque desde las "cloacas del Estado" a su proyecto. "Quizá están fabricando teóricas pruebas para ver si pueden alterar el resultado de unas elecciones".