El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, negó que el gobierno vaya a adelantar la realización de las elecciones presidenciales, sostuvo que a la oposición la integran "grupos mediáticos y económicos concentrados", y cargó contra la dirigencia política que cuestiona la gestión oficial.
"El arco opositor en la Argentina está integrado por grupos mediáticos y económicos concentrados. No es una oposición de carácter político. No tiene sustentabilidad desde el punto de vista de la construcción de alternancia", aseveró el funcionario en una entrevista con un matutino porteño.
Capitanich, quien confirmó que en marzo irá al Congreso de la Nación a brindar su informe, sostuvo que "pensar en una estrategia de adelantamiento de las elecciones es poco menos que un exabrupto".
En ese sentido, apuntó que "el país transita un desarrollo desde el punto de vista político, económico y social que en la última década ha mostrado resultados objetivamente incuestionables".
"Este proyecto político ha superado la tensión histórica entre gobernabilidad y calidad institucional", subrayó el chaqueño.
"Antes ganen las elecciones". Al respecto, sostuvo que "lo que pretenden la oposición y los medios de la oposición es que uno diga lo que ellos quieren que diga", y que "la presidenta (Cristina Kirchner) haga lo que ellos quieren".
"Pero para eso hay un problema. Antes, tienen que ganar elecciones", dijo Capitanich, y agregó que "este gobierno tiene el aval de casi el 55 por ciento de los votos, el 23 de octubre de 2011, y una ratificación el 27 de octubre de 2013, en la que obtuvo el 34 por ciento de los votos y mantuvo la primera minoría".
"(El gobierno) ha aumentado el número de diputados, tiene mayoría en Diputados y en Senadores, además de 17 gobernadores propios y aliados. Cuenta con la mayoría de los intendentes, los Concejos Deliberantes y las Legislaturas provinciales. El gobierno tiene un poder político muy consolidado", remarcó.
Contra las corporaciones. Capitanich definió que "los grupos que se oponen tenazmente al gobierno son aquellos que fueron afectados por decisiones estratégicas con un sentido nacional, popular y profundamente patriótico".
El chaqueño consideró que "en estos últimos diez años ha habido una gran diferencia" con el pasado, ya que "tanto Néstor (Kirchner) como Cristina (Fernández de Kirchner) no han sido empleados de las corporaciones".
El funcionario fustigó a "los grupos mediáticos concentrados, articulados con grupos del poder económico nacional e internacional", a quienes responsabilizó de promover "procesos sistemáticos de agresión".
Golpes de mercado. El jefe de Gabinete analizó que el objetivo de esos sectores económicos concentrados es "influir en las decisiones" a través de "golpes de mercado, los ataques especulativos, con el objeto de establecer procesos de depreciación de activos financieros y reales".
Esto les permitiría "adquirir esos bienes a un precio determinado, promoviendo una mayor concentración, y así tener una mayor sofisticación en los mecanismos de influencia. El resultado del proceso es que los gobiernos se convierten en empleados de los grupos económicos".
Dólar, precios y especulación. El jefe de ministros también defendió la política cambiaria, a la que definió como "un tipo de cambio con flotación administrada" que busca "establecer un tipo de cambio de convergencia razonable", y que a la vez permita la "prevención sistémica frente a ataques especulativos".
Entre los principales objetivos que busca la medida, Capitanich mencionó la necesidad de recuperar "la competitividad de las economías regionales" y "aumentar el volumen de exportaciones".
Al mismo tiempo, aclaró que "la otra prioridad es que la variación de la política cambiaria no afecte a los trabajadores y a los consumidores", y reconoció que "coordinar todas estas acciones es una ardua tarea de ingeniería de carácter institucional". Capitanich apuntó contra un sector del empresariado argentino al que responsabilizó de querer trasladar la variación cambiaria a los precios. Al respecto, reflexionó que "el proceso de conformación de los precios en Argentina tiene un problema de carácter estructural asociado a la concentración económica, con precios monopólicos y oligopólicos".
"El problema central es que cuando existe posición dominante también hay artilugios y elusión de cualquier supervisión", sostuvo. Para contrarrestar estas maniobras, confirmó que se está "trabajando con la posibilidad de multas, clausuras y de abrir las importaciones" en aquellos sectores que no respeten los acuerdos de precios.
Respecto del rol de la dirigencia opositora en este contexto, el ministro coordinador se quejó y sostuvo que no observa "ningún actor político de la oposición que defienda nuestra posición con respecto al cuidado del bolsillo de los consumidores y de los trabajadores".
Esperando las paritarias. Capitanich también rechazó de plano el pedido del titular de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, de que se paguen 3.000 pesos de emergencia a cada trabajador, para hacer frente a la inflación.
"Si hay algo que ha funcionado en Argentina son las paritarias, y tienen un plazo de cumplimiento", aseveró Capitanich, y ratificó que "en marzo" irá al Congreso a rendir cuentas de la gestión de gobierno.