La lógica del "candidato" en Argentina ha sido muchas veces, todas, casi todas, la lógica del "líder". Los liderazgos han sido considerados, estos si, en todos los casos, asimilables a los caudillos. Estamos al borde de una diferencia sustancial. Al borde.
Cito de memoria: "… me matan, mas no saben que a mi nadie me mata pues no soy una carne desgarrada que muere sino un mito que el llano de La Rioja dilata…". Tal vez traicione alguna palabra, no el sentido del poema de Félix Luna para Peñaloza. Otra cita, ésta externa: "...Francisco Franco Bahamondes, Caudillo de España por la Gracia de Dios…". El Tirano depuesto, citaban los diarios "democráticos" sobre Perón cuando este, justamente, había sido expulsado del gobierno el 16 de setiembre de 1955. El mero nombre de Juan Manuel de Rosas me exime de otra cita.
Hombre fuerte, tirano, caudillo, anciano líder. Todo está cerca y, acaso, resume miradas cercanas sobre un mismo sitio: el titular del poder ejecutivo en una democracia como la Argentina, titular de una democracia unipersonal. Y listo. La contradicción, el verdadero "gataflorismo", dicho irrespetuosamente y con todo lo que tiene de promiscuo el adjetivo calificativo, la contradicción esencial de Argentina es que se pide un hombre fuerte, luego se lo critica porque la fortaleza que se pide quita diálogo y consenso. Somos un país de Gatas Floras. Se invoca a Josip Broz (Tito) antes que a Conrad Adenauer, a De Gaulle, Che Guevara o Chávez antes que a Felipe González o "Pepe"Mujica. Para muchos está en la índole, en el código genético de la sociedad argentina, que fue mutando desde el 17 de octubre de 1945 hasta hoy, hasta mañana. La cadena helicoidal se juega sola en la milonga de los afectos políticos. El sentimiento y la emoción como sola argumentación; sola y única. Sola y última.
Cuando se intentaba quitarle el eje a Juan Domingo Perón, eje político de Argentina por muchos años, se intentaba el remplazo del líder. El yerro era basal. Remplazar un líder por otro. Sin miedo a las menciones. Lanusse, Massera, y sus ridículas y crueles posturas. Caramba, el mismo Raúl Alfonsín y su "tercer movimiento histórico". Aún hoy los mas tranquilos observadores de la realidad política y social del país advierten que sin un liderazgo fuerte, sin un caudillo, sin la lógica peronista, por mejor decir, sin la conducta social del peronismo que discute y acata, "saltimbanquea" y vuelve, nada es posible. En ésta oportunidad, en las elecciones de medio término lo que se observa es el posicionamiento de quienes pueden ser el reemplazo de una jefatura fortísima, la señora CFK. Si se observa a quienes salen a buscar la presidencia no son vehementes aulladores. No se corresponden con un país "hiperpresidencialista" desde Yrigoyen, para decirlo con propiedad. Hiperpresidencialismo que Perón volvió Bicéfalo, junto a Evita, que fue la estupenda aventura de la familia K. En resumen, todo peronismo es hiperpresidencialista y todo liderazgo latino es así. Latinoamericano al menos.
La cercanía de las elecciones aprieta las intenciones y quedan estos nombres. Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa, Cleto Cobos, Hermes Binner. Todos ellos cortados por una misma tijera. No son efusivos, verborrágicos, avasallantes. Tienen diferencias notables y esa particularidad. En el caso del "territorial", un reportaje de La Capital define. Hermes Binner contestaba así:
"—Usted sostenía antes de las primarias que polarizaría con Obeid. ¿Le resultó que no haya sido así y que ahora sea con Del Sel?
—Pero son números muy finitos los que hay entre ellos, casi que ahora tienen un empate matemático entre ellos.
—¿Pero le sorprende que el peronismo siga saliendo tercero?
—Es que el peronismo es un movimiento, y eso da lugar a diferentes posiciones. La publicidad que se escucha entre Obeid y Del Sel refiere a que quieren definir el segundo lugar a su favor, está orientada a esa idea. Nosotros tenemos otra partitura". (Nota de Mauricio Maronna, diario La Capital, domingo 13 de octubre, diálogo con Hermes Binner).
No sería diferente la respuesta de Scioli, de Macri, de Cobos. Sin insultos, sin agravios, sin humillar al vencido (nótese que en el fragmento transcripto se acepta sin sorna el sitio del peronismo, tercero en una competencia de pocos partidos y/o frentes) El asunto a resolver es éste: Helmut Khol o Fidel Castro. Qué clase de jefatura se acepta. Se busca. Se consigue.
Los candidatos del 2015 se fraguan en esta elección de medio término. Solitarios ululantes de tribuna o tranquilos conversadores de una mesa de diálogo. Inflación, violencia, desocupación, transculturación, los problemas no serán distintos, pero los candidatos que aparecen, sin espuma ni alarido, se muestran diferentes de lo que hay. Se mantiene un candado fenomenal, bueno, irreemplazable. Los votos dirán que se prefiere. Solo los votos.