La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció el envío de 35.000 militares a las fronteras con motivo de la próxima visita del papa Francisco, mientras la policía ocupó una favela con auxilio del ejército para completar el llamado "cinturón de seguridad" en puntos próximos a la estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro.
"Protegiendo nuestras fronteras aumentamos la seguridad de la población y de los grandes eventos que se aproximan, como la Copa de las Confederaciones en junio y la Jornada Mundial de las Juventudes, el mes que viene, cuando vamos a recibir la visita del papa Francisco", explicó Rousseff.
El Pontífice, que recibió a la mandataria brasileña a poco de ser entronizado, arribará a Río de Janeiro el 22 de julio para el encuentro juvenil en el que se espera la presencia de unos dos millones de fieles. Ante la visita, los militares y la policía federal montaron un plan de seguridad en el que se contemplan desde la hipótesis de "un lobo solitario" que intente agredir al Papa hasta un ataque químico contra los peregrinos, informó el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general José De Nardi.
Como parte de esos preparativos se inició hace dos semanas el Operativo Agata 7, que es parte del Plan Estratégico de Fronteras lanzado en 2011. "El Operativo Agata 7 está cubriendo todas nuestras fronteras, de casi 17.000 kilómetros, para impedir la entrada de armas y drogas. Es coordinado por el Ministerio de Defensa con las fuerzas armadas", explicó Rousseff.
Señaló, por otra parte, que serán instaladas cámaras en los pasos fronterizos como los del sur brasileño por donde pasará el grueso de los jóvenes que vendrán del exterior para la jornada que tendrá como figura principal al Papa.
Fronteras problemáticas. La jefa del Estado se refirió a la coordinación de tareas con los países con los cuales Brasil comparte fronteras "problemáticas", como Colombia, en la región amazónica, y Paraguay, en el sur, que es considerado un corredor por el que ingresan armas y contrabando. Luego existe el vértice de la Triple Frontera, donde convergen Brasil, Argentina y Paraguay. Allí se ha detectado en el pasado actividad del grupo extremista islámico Hezbolá, que hoy combate en Siria junto al régimen de Bashar Assad.
"Colombia y Perú están realizando grandes operativos contra el crimen organizado simultáneamente al Agata 7 y además contamos con la presencia de observadores militares en Bolivia, Paraguay, Guyana Francesa, Venezuela y Uruguay", enumeró la mandataria.
Favela. Efectivos de la policía militar con apoyo de blindados de la infantería marina ocuparon una favela de la zona sur de Río de Janeiro, donde fue instalada una base permanente para expulsar a los narcotraficantes y completar el "cinturón de seguridad" en puntos próximos a la estatua del Cristo Redentor. El operativo concluyó con la instalación de una Unidad de la Policía Pacificadora (UPP) en la favela Cerro Corá. Esta es la 33ª. comunidad con ese tipo de destacamentos reforzados de seguridad que comenzaron a ser implantados con más intensidad desde 2010. La nueva UPP contará con cerca de 300 policías para garantizar la seguridad de unos 5.000 vecinos de Cerro Corá.
El Corcovado. Para los militares a cargo del plan de seguridad del Pontífice es "estratégico" garantizar el control de todas las áreas próximas al "morro" (cerro) del Corcovado, en cuya cima se encuentra el Cristo Redentor, dado que ese punto turístico tendrá un mayor flujo de visitas en coincidencia con la Jornada Mundial de la Juventud.
Narco detenido
Un narcotraficante colombiano fue arrestado en el aeropuerto de Río de Janeiro al ingresar con un pasaporte falso. El informe no revela el nombre del delincuente detenido, pero el canal GloboNews aseguró que se trata de John Freddy Manco Torres, “El Indio”, buscado en su país por tráfico de drogas y pagar sobornos a un juez para eludir un juicio penal.