Dos líderes opositores entre los más populares en Brasil unirán fuerzas, en una inesperada alianza que será un gran desafío para la presidenta Dilma Rousseff en las elecciones del próximo año.
Dos líderes opositores entre los más populares en Brasil unirán fuerzas, en una inesperada alianza que será un gran desafío para la presidenta Dilma Rousseff en las elecciones del próximo año.
Marina Silva, ex ministra de medio ambiente de Lula y que aparece segunda en todas las encuestas, se unió con el gobernador del estado de Pernambuco, Eduardo Campos, del Partido PSB. El candidato presidencial será Campos, aclaró ayer la propia Silva. Varios medios locales, entre ellos el periódico Folha de Sao Paulo, dijeron que posiblemente fuera Campos con Silva como su vicepresidenta, pero ella no aclaró el punto y sólo dijo que el PSB la admitió como afiliada. En la semana, la autoridad electoral había rechazado la inscripción del nuevo partido de Marina Silva al objetar una parte sustancial de las firmas de respaldo que exige la ley. Esta medida dejó a a la principal competidora de la presidenta Rousseff fuera de carrera. Ahora en cierta forma volvió, aunque no como candidata presidencial. La ecologista ya logró un tercer lugar en las elecciones presidenciales de 2010, y desde las protestas de junio pasado ha subido en los sondeos.
Por Carlos Walter Barbarich